Pónganse a Trabajar

Francisco Torres Rivas y Alejandro Moreno Cárdenas, se parecen mucho. A pesar de provenir de grupos políticos contrarios, tienen un común denominador: despertaron una enorme expectativa de renovación en el priismo local y nacional.
En efecto, el popular Panchito, despertó unanenorme esperanza entre los priistas meridanos especialmente, toda vez que conquistó una demarcación tradicionalmente dominada por el panismo y su desempeño como legislador, a través de una notable trayectoria como gestor, hizo a muchos concebir la idea, que era la persona adecuada para recuperar al frente del tricolor, la alcaldía meridana. Esa amplia base social lo proyectó como candidato a la presidencia estatal del partido, pensando se comportaría como un líder dinámico y renovador. Pero esta visión se ha visto defraudada. Panchito no ha hecho NADA de lo que prometió o de lo que los priistas lo suponían capaz.
Alejandro Moreno Cárdenas por su parte, hizo a los priistas campechanos de manera inicial, abrigar grandes expectativas, con un discurso grandilocuente y espectacular. Pero su elocuencia, no fue factor en una contienda presidencial atípica y se vio obligado a disminuir el tono y obligado a la negociación con el adversario, constituido en triunfador, situación que muchos catalogaron como fracaso. Posteriormente, un discurso renovador y de integración, hizo a muchos, concebir esperanzas de que pudiera constituirse en el motor de una renovación urgente e inaplazable en el PRI nacional. Pero toda vez que se constituyó en ganador de manera arolladora del proceso interno, se ha sumido en una inacción y un inmovilismo aterradores, que llevan a presagiar un desastre para el tricolor, cuyo destino aparente, es la desaparición.
Algo semejante sucede en el ámbito local con Panchito: tras prometer renovación, reconciliación y un imprescindible saneamiento, se ha pegado a la pared y no solo ha dejado de hacer, sino que ha cometido errores espectaculares, como por ejemplo, arrodillarse ante el presidente de la república, siendo este proveniente de un partido opositor, lo que constituye un hecho inédito en los anales políticos del tricolor. Más aún, ha guardado un inexplicable y vergonzante silencio, ante los abusos cometidos por el gobierno del estado, de filiación panista, contra la militancia tricolor, a la que ha ignorado y abandonado completamente a su suerte, en vez de apoyarla y encabezar la lucha contra los excesos de la administración en turno.
De manera increíble, en los últimos días, en lugar de enterarnos que el PRI hace trabajo político, tendiente a renovar sus estructuras, comenzó por poner caras harto conocidas (y hasta devaluadas) en su organigrama y en vez de acercar a sus ludwragos al seno partidista, se pone a organizar homenajes inoportunos, como elnque pretende hacer a Pedro Infante, olvidando que no es el natalicio del artista, sino su trágico fallecimiento, lo que lo consagró como ídolo en el imaginario popular. Si el evento, fuera en ese contexto (su aniversario luctuoso), la actividad se entendería y tendría justificación, toda vez que Pedro Infante no solo era simpatizante priista, sino que hizo proselitismo por el tricolor y hay evidencias gráficas de ello; y es una realidad que los panistas se han apoderado de los festejos de su fallecimiento, por haberse desplomado el avión del ídolo, en un predio de un militante blanquiazul.
Empero, lo preocupante es la inoperancia y la inactividad del tricolor yucateco, que han sumido a sus seguidores en una depresión profunda, pues el panorama no se muestra nada halagador y hace avizorar un estrepitoso revés en los comicios venideros, en los que se espera que la representación tricolor se reduzca dramaticamente, situación que pondría a dicho instituto político al borde de la desaparición.
¿Qué es lo que debe hacer el PRI para evitar esta anunciada debacle? Ponerse a trabajar de inmediato. Debe hacerlo en el ámbito estatal y federal, teniendo en cuenta que si no lo hace, pagará severas consecuencias.
Deben los priistas empujar a su dirigencia, deben impulsarlos y si es necesario, pasar sobre ellos, si quieren evitar la extinción delnpriismo en nuestra entidad y en nuestra nación. Todo mundo conviene en que hay que hacer algo, pero nadie se mueve, nadie se atreve. ¿Se le acabó el corazón, el valor y la pasión a los priistas? Eso hay que ver: si en ese partido aún queda gente comprometida a trabajar por Yucatán y por México.
Seguimos pendientes...

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Origen de Mario Millet

Julián Zacarías trata de infiltrar MORENA con su hermano Carlos

RENÁN BARRERA FORTALECE LA SEGURIDAD EN MÉRIDA