El Poder Judicial atenta contra la familia en Yucatán

Es de no creerse. Hiela la sangre que en nuestra entidad, aquellos que se supone son peritos en derecho y conocen el impacto social que la aplicación de la normatividad implica, atenten contra la estabilidad de las instituciones, que por definición tendrían la obligación ética, moral, social y legal de defender, como son el matrimonio y la familia.
En efecto, sabemos quienes cursamos estudios en las aulas de derecho, que la familia es la base de la sociedad y el matrimonio es la unión de hombre y mujer, para garantizar la continuidad de la especie humana y procurarse ayuda mutua y a final de cuentas, felicidad.
No podemos cerrar los ojos a la ineludible realidad cotidiana de nuestros días: es imprescindible legislar en lo referente a reproducción asistida, filiación, transmisión hereditaria y demás supuestos, relacionados con familias homoparentales. Pero es muy importante clarificar que el único medio lícito y aceptable para conformar un matrimonio, es la unión de hombre y mujer.
Tal es lo que sorprende en la propuesta emitida por el tribunal superior de justicia del estado, encabezado por el magistrado Ricardo Ávila Heredia, aquel que ocupó la gubernatura, sin ser gobernador, cuando Dulce María Sauri, hizo su rabieta y dejó al garete el ejecutivo local y avalada por el magistrado Jorge Rivero Evia, de quien nos extraña cometa semejante disparate, toda vez que es hijo de reconocidos juristas, probos y sensatos, que integran una familia bien avenida.
Resulta inconcebible que el atentado contra la familia venga desde el poder judicial, que tendría en teoría la obligación de preservar y defender la legalidad y las instituciones vigentes, haciendo los cambios que la actualidad requiera, pero sin perder el respeto al espíritu de la norma.
¿Qué podemos esperar que ocurra en una entidad donde su cuerpo jurisdiccional en vez de procurar el respeto a las normas y a las instituciones, promueve su demolición?, ¿porque en vez de promover insensateces no se aplica el poder judicial en resolver lo que le corresponde, como es el atraso judicial y las inequidades y profundos desequilibrios internos que padece?
¿Porque en vez de proteger lo mas valioso que tiene una sociedad que son las familias y garantizar los derechos de sus integrantes, particularmente de los menores de edad, se atenta contra ellos?
No olvidemos la importancia capital del matrimonio y que los hijos no son juguetes ni premios otorgados al capricho de las personas, sino seres que tienen derecho a un desarrollo armónico y a contar con padre y madre que velen por su bienestar.
Hacemos votos para que nuestros diputados, en ejercicio de la representación social, rechacen el mamotreto de marras y garanticen al pueblo yucateco la posibilidad de vivir conforme a sus convicciones y principios morales.
Seguimos pendientes...

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Origen de Mario Millet

Julián Zacarías trata de infiltrar MORENA con su hermano Carlos

RENÁN BARRERA FORTALECE LA SEGURIDAD EN MÉRIDA