Maléfica, enemiga mortal del sindicalismo

Es de todos sabido y está reconocido en nuestra legislación, que es derecho de los trabajadores agruparse para la defensa de sus derechos e intereses.
Consecuentemente, queda sobreentendido que los patrones (sean de sector público o privado) no deben inmiscuirse en la vida interna de las organizaciones de trabajadores.
Este precepto no se cumple por lo que podemos percatarnos en el ISSTEY, toda vez que de manera más que evidente, Maléfica dedica su tiempo a abanicar y promover el surgimiento de sindicatos charros en la institución, buscando a toda costa debilitar a la agrupación que encabeza José Manuel González Buenfil.

Mordiéndose la lengua y pese a que Maléfica ha reiterado que no concederá a agrupación alguna de trabajadores el local social, no ha tenido empacho en maniobrar para que le otorguen el deportivo de la colonia Inalámbrica, al sindicato patito que encabeza Javier Uicab, un traidor y malagradecido al hijo de la persona que le salvó el pellejo y lo protegió, para que realice sus ilegales actividades, habida cuenta que este bribón apenas pudo reunir escasos 26 incautos y no cuenta con la toma de nota de las autoridades laborales (a pesar de que asegure otra cosa y lo invitamos a exhibirla públicamente) , a diferencia de la agrupación que encabeza José Manuel González.
Cabe mencionar que Javier Uicab debería incluso en apego a la legalidad, ser despedido, dado que perdió la comisión sindical que gozaba, al ostentarse líder de otra agrupación y que al reunir tan solo 26 seguidores y carecer de toma de nota, no debería gozar de este beneficio, que lo convierte en un vulgar aviador, toda vez que no se presenta al cumplimiento de sus labores, amparado en sus turbios acuerdos con la dirección general.
Pero más aún, sabemos que Maléfica además del sindicato patito del judas Uicab, auspicia todavía el surgimiento de otro sindicato espurio. Lo anterior, a despecho que sabemos con certeza que desde hace días no se para ni por error en sus oficinas, a las que las raras veces que acude, ingresa de manera subrepticia, bajando apresuradamente de su lujoso vehículo y custodiada por sus achichincles, siendo que en la práctica, quien se hace cargo del ISSTEY es el subdirector, Mauricio Achach.
Curioso el caso de Maléfica: no se tienta el corazón para quitar dinero a jubilados y pensionados, pero no tiene empacho en otorgar jugosos sueldos y canonjías a vividores del erario, como Javier Uicab.
Alertamos a los trabajadores en activo del ISSTEY, para que defiendan su sindicato y no permitan imposiciones del gobierno del estado, ansioso de tener sindicatos dóciles y sumisos a sus designios. No permitan ser pisoteados por esta enemiga mortal del sindicalismo.
Seguimos pendientes...

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