Muy triste Festival de Trova

Del 4 al 7 de diciembre se celebrará en nuestra ciudad el Festival de la Trova. Confieso que cuando vi el anuncio pensé que tras la experiencia del fracaso del año pasado, ya Michelle Fridman habría aprendido las lecciones y está vez sería sensata. Pero no fue así.
Comencemos por decir que el evento, que se verificará del 4 al 7 de diciembre, incluye la participación de personajes como Pablo Milanés, Silvia Rodríguez y Cayetano Veloso, que constituyen un indiscutible atractivo, pero que por los precios, hacen imposible que el pueblo pueda tener acceso a estos actos, que debían ser de carácter público y masivo, hechos para entretener y para educar el gusto musical, no para ganar dinero.
Por otro lado, me hace ruido la participación de figuras como Natalia Lafourcade, a quien sin negarle su condición de figura, se puede regatear la calidad de trovadora. Natalia canta bien, compone bien, pero NO ES UNA EXPONENTE DE LA TROVA. No va a ser un foráneo (foránea en este caso, por la secretaría de turismo) quien nos vaya a venir a enseñar a los yucatecos del tema.
Además, al ver la integración del programa, atractivo quizá por los nombres de los participantes, uno no puede sino deplorar que sólo participen dos yucatecos ya bastante aplaudidos (María Medina y Sergio Esquivel) a los que reconocemos y nos congratulamos que figuren, pero no puede dejar de inquietarnos la ausencia de otros, que por su trayectoria o por lo novedoso de su propuesta, debían figurar. El Festival de la Trova, debía exponer lo mejor de nuestra producción e intérpretes, tradicionales y contemporáneos. Este objetivo NO SE CUMPLE. Admiramos y respetamos la trayectoria y el trabajo de Pablo y Silvio, pero NO SON YUCATECOS. Es a trovadores locales y su trabajo, a quienes se debía promover e impulsar a los ojos de la ciudad, del estado, el país y el mundo.
Evidentemente dejar la organización de un festival de esta naturaleza en manos de alguien de fuera, provoca estas situaciones, porque para empezar, el festival debía ser convocado y organizado por la Secretaría de Cultura y no por Turismo, porque la trova es un patrimonio cultural e intangible y el turismo tan sólo, la industria encargada de promoverlo. Son sutiles las diferencias, pero constituyen detalles a tomar muy en cuenta. No entendemos como es posible que Erika Millet transija en ceder el protagonismo que obligadamente debiera tener en la organización y desarrollo de este evento, a una figura tan detestaba como Michelle Fridman.
Finalmente la organización de este evento, prueba nuevamente que Mauricio Vila no es yucateco y como tal, no le interesa promover y difundir nuestra cultura y tradiciones y sólo le importa hacer negocio con un rubro que ha dado fama y prestigio mundiales a nuestra entidad.
Nos extraña que hayan instituciones respetables que se hayan sumado a este disparate, quizá en aras de no perder los apoyos que a la fecha reciben.
La mala organización y peor intención del Festival de la Trova, nos llevan a reiterar al gobierno del estado, aquel viejo adagio que prescribe: las cosas de Yucatán, dejarlas como están. Lo decimos porque este evento no promueve, no difunde, no auspicia, no motiva, no impulsa, no protege nada de lo que constituye nuestra tradición musical y trovadoresca, es sólo un mamotreto hecho para lucrar, terminando las ganancias en manos de unos cuantos huachesoportunistas, que deberán transparentar el gasto erogado en plena época de austeridad, para que no se hable de transas y corrupción. Duele decirlo, pero así es.
Seguimos pendientes...

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