Renán Barrera Dobló Las Manos

Finalmente el éxito fue de todos. Ante la presión mediática y los señalamientos de los diversos medios de comunicación que señalamos y subrayamos su pésimo proceder y la lamentable calidad humana que exhibía, Renán Barrera dobló las manos y cedió en la dimensión de su soberbia frente a las voces de sus asesores que le sugerían y la de sus amos que le ordenaron, rectificar y tener un falso gesto de humildad para con el muchacho que tuvo la mala fortuna de colisionar con su camioneta y fue víctima de la brutalidad de los integrantes de su esolta. De tal suerte, en un gesto teatral y en compañía de su esposa, para aparentar una sencillez de la que carece, Renán Barrera se apersonó a la casa de Manuel Castillo Sanguino a la Colonia Vicente Solís. La familia, con la amabilidad característica de nuestra gente, le abrió las puertas de su casa y es escuchó con atención los planteamientos del primer edil. Por supuesto que aceptaron la ayuda ofrecida, al ser vecinos de una colonia popular como la Vicente Solís, evidentemente se trata de gente sencilla, como usted y como yo, que debe de hacer circo, maroma y teatro para ganarse los frijoles y el percance, que además involucró dos automotores adicionales a la camioneta del munícipe, sin duda los afecta en su economía, del mismo modo que nos impactaría a usted o a mí, si tuviéramos que afrontar un caso semejante. Más aún, Renán Barrera ofreció disculpas por la violencia desplegada por los integrantes de su escolta. No se a bién que argumentos habrá esgrimido, mismos que sin duda por falsos ni siquiera le creyeron, pero en Yucatán la buena crianza no es un mito y sus excusas fueron aceptadas. Incluso Castillo Sanguino le comentó, (lo que sin duda fue una tremenda bofetada, asestada con guante blanco) que votó por él, cosa que no sería de extrañarse, siendo la Vicente Solís, un bastión panista, aunque a sus liderazgos naturales como Rosa Ceballos Madera y Ramón May, debido a su postura crítica y de no sumisión a los destinos del alcalde, el ayuntamiento los ningunee e ignore, toda vez que sabemos que no asistieron a la farsa denominada preinforme de gobierno, que en días pasados se verificó en esa colonia, en la que hubo gran acarreo de integrantes de consejos de participación ciudadana y se implementó una escenografía a modo para halagar la vanidad del alcalde, pero sin poder ocultar la realidad. Perdón por la amplitud del paréntesis, pero era necesario para que Renán y sus corifeos sepan que no nos engañan y que estamos enterados que el panismo sano, que no depende de la nómina municipal, lo rechaza y lo repudia. Hasta ahí con la visita y las disculpas, todo muy bien. El problema fue que Renán Barrera, desesperado por tratar de reivindicar su maltrecha imagen, quiso ir más allá y saludar con sombrero ajeno, utilizando dinero que no es suyo, cosa a la que es muy afecto y ofreció no solo el perdón para el caso del hecho de tránsito, sino que prometió ayudar a reparar el auto de Castillo Sanguino y ahí es donde la puerca torció el rabo. Primeramente, porque Castillo Sanguino al pasarse un alto, es responsable de daño en propiedad ajena, situación de la que debe responsabilizarse y que no dudamos sabrá cumplir. En segundo lugar, porque si bien es cierto, que el vehículo de Castillo Sanguino resultó afectado al romperle los integrantes de la guardia del alcalde un cristal, haciendo gala de una violencia innecesaria y que el muchacho al ser víctima de la brutalidad de los guardaespaldas, merece una satisfacción, tampoco lo es menos, su responsabilidad no solo en la collisión, sino el agravamiento de esta conducta, al pretender darse a la fuga. Jamás se ha pretendido exonerar a nadie, los medios simplemente protestamos ante vejaciones que Castillo Sanguino nunca debió experimentar. Por último, si alguien tendría que indemnizar a Castillo Sanguino por los desperfectos ocasionados a su auto y por una conducta inadecuada de la guardia del alcalde, son los integrantes de su escolta. Son ellos quienes tendrían que correr con el gasto, con dinero de su peculio propio y no utilizarse para ello recursos públicos. En todo caso, si un rapto de generosidad prodigiosamente embarga al alcalde, que ponga la indemnización de su bolsa. Francamente se ve muy piojo tratando de saludar con sombrero ajeno, tratando de usar para ello el dinero de los meridanos, pero no podíamos esperar otra cosa tratándose de él. Aquí en este caso, no hay humildad, ni humanismo del alcalde, como los jilguerillos municipales tratan de festinar y hacer creer. Renán Barrera no acudió a ofrecer satisfacciones de corazón, no hay mérito moral alguno en lo que hizo, pues su conducta obedeció a la presión mediática, que lo exhibió tal y como es: soberbio, altanero, prepotente y desinteresado de la suerte de sus conciudadanos. Si Renán Barrera hizo acto de presencia, fue para no seguir deteriorando su imagen. Peor habría sido que no lo hiciera, dirán muchos, en efecto, pero nada hay para el elogio. Lo único rescatable es que aquí se comprueba nuevamente que a los políticos y a las moscas, se les espanta a periodicazos. Para finalizar, manifiesto a esos cobardes que intentan amenazarme con inventar falsas acusaciones, que no tengo miedo, que no dejaré de sacar a relucir todos los trapos sucios de la administración de Renán Barrera y les digo que el papel de gangsters francamente no les queda, pues no se hizo para maricones. Con gente más dura me la he tenido que ver y no tengo miedo, de modo que les pido vayan a importunar a la autora de su progenie con sus impertinencias, porque a mí no me intimidan.