El Instituto del Deporte; un Elefante Blanco

El actual Instituto Municipal del Deporte, fue elevado a esta categoría para acomodar cuates a los que se buscaba dar chamba. Originalmente era un departamento dependiente de la Subdirección de Promoción Social y su titular era el siempre laborioso Manuel Monjiote Hercila. La realidad es que desde entonces y a pesar de los afanes de Manuel, que es un funcionario de primera línea, el área se debatía en una constante carencia de recursos y material deportivo. Una de las principales características que tenía el área deportiva, eran las constantes solicitudes de uniformes, material deportivo y mantenimiento a las instalaciones, de parte de los comités deportivos. Lo peor y lo mas triste del caso, es que habían solicitudes de bombas, lámparas, plomería para baños y pintura para instalaciones, que podrían haber sido atendidas con prontitud y permanecían congeladas de modo inexplicable, quizá para no gastar, por el prurito que tienen algunos funcionarios de extracción panista como el Chino Gamboa, de decirse muy honestos porque siempre tienen dinero en caja. Lo más triste de todo este asunto, es que el área tenía almacenados muchísimos uniformes, gorras y otros artículos, que Felipe Duarte en su época de subdirector nunca entregó y que inexplicablemente prefería mantener a resguardo, en vez de repartirlos a quien los necesitaba. Cuando se supo que Angélica Araujo había ganado las elecciones, las bodegas municipales se abrieron y se regaló de todo a los trabajadores. Muchos nos preguntamos entonces y quizá lo seguimos haciendo, para que almacenar cosas que no se entregaban a quienes verdaderamente las requerían. Mucha gente pensamos que al retornar Acción Nacional a gobernar el municipio, Deportes volvería a ser un departamento y máxime con el discurso manifestado por Renán Barrera, de que el ayuntamiento había sido saqueado, pero entonces empezaron las consideraciones y los cálculos políticos respecto de la conveniencia de mantenerlo independiente y a esto, surgieron los rumores de que se entregaría a Tito Sánchez Camargo, hermano del presidente estatal del PAN, como muestra de buena voluntad de Renán de sumar y ser incluyente, dándole chamba a quien fuera o pretendiera ser, su contendiente en la intención de ir por la alcaldía en la elección interna. A final de cuentas no fue así y a Renán todo le salió mas barato, puesto que Tito se conformó con la jefatura del jurídico de la Sundirección de Soporte Administrativo, a cargo de Julia Josefina Núñez Benítez y el IMD quedó en manos de Jesús Aguilar y Aguilar, quien tiene un pique muy especial con el regidor Felipe Duarte. La realidad es que en el actual Instituto Municipal del Deporte, se sigue trabajando entre carencias y el estado de las instalaciones continua siendo deplorable, pues solo han recibido mantenimiento menor. Prueba de ello es la unidad deportiva de Pacabtún que carece de la iluminación requerida y como este, hay muchos otros casos. Tristemente el Instituto del Deporte, sigue la tónica del ayuntamiento que preside Renán Barrera: ser un sitio para alojar a los cuates, justificando así grandes sueldos y la entrega de compensaciones, lo que contrasta con un gran número de trabajadores que laboran por honorarios y como asimilables, que carecen de todo género de prestaciones y donde no existe una planeación y un proyecto a seguir, sino que se trabaja conforme a los caprichos y el ego de los funcionarios en turno. Pobre Mérida, el Instituto Municipal del Deporte, es solo un elefante blanco, hecho para transportar burocracia. Tristemente los regidores de oposición poco o nada han hecho para finalizr con este orden de coss. Reiteramos; pobre Mérida...

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