Abandono en las comisarías

Un grupo de comisarios de diversas localidades, se quejaron a través de un escrito, hecho llegar a diversos medios de comunicación, del abandono en que se encuentran sus comunidades de parte del ayuntamiento de Mérida, que encabeza Renán Barrera Concha y se quejaron de aplicación facciosa del presupuesto de origen federal, indicando que solo se aplica en sitios donde la autoridad es de extracción blanquiazul. A reserva de poder confirmar esta situación, la acusación de suyo es grave, toda vez que el alcalde prometió gobernar para todos los meridanos y hacerlo sin distingos. Más aún y siendo realistas en el contexto de como se lleva a cabo la política, de algún modo entenderíamos la existencia de consentidos, en razón de la afinidad partidista, pero no concebimos posible que a unos se les de mucho y a otros, simple y sencillamente nada. Esta situación es completamente inaceptable, toda vez que se trata de ciudadanos meridanos que también pagan impuestos y que por lógica, también tienen derechos. El beneficio ha sido solamente para nueve comisarías de extracción panista todas, encabezadas por Caucel, con 65 obras asignadas con más de 20 millones de pesos; cabe mencionar que en esa comunidad, la comisaria es la mamá del regidor Juan Barea, a la que se ha favorecido notoriamente. Le sigue Sitpach con 21 obras y más de nueve millones de pesos invertidos, Chalmuch con 20 obras y más de seis millones, San José Tzal con ocho obras y más de 46 millones, Dzoyaché con cinco obras y más siete millones, San Ignacio Tesip con poco más de 24 millones, Texán Cámara con tres obras y con más de siete millones de pesos, Xcanatún con tres obras y casi dos millones de pesos y San Matías Cosgaya con una obra y poco más de 300 mil pesos. Además, los comisarios de Caucel, Chalmuch, San Matías Cosgaya y Sitpach pertenecen al Comité de Participación Ciudadana y por esta situación, son beneficiados con obra, manifestaron los quejosos. Estamos cansados de escuchar el mismo discurso de que no hay dinero, mientras vemos que a funcionarios les aumentan los sueldos, se compran premios y gastan millones en publicidad para decir que iluminaron Mérida. La realidad agregaron, es que las nuevas lámparas no encienden, otras prenden de día y se apagan de noche y muchas más sólo lograron funcionar una vez. Luego de tener computadora y teléfono celular, ahora nos ponen un sinfín de requisitos para acceder a este derecho y de paso nos llaman ignorantes en vez de pensar en capacitarnos para progresar, agregaron. Las subcomisarías que siguen en el olvido son Cheumán, Dzidzilché, Hunxectamán, Kikteil, Petac, San Antonio Hool, San Pedro Chimay, Santa Gertrudis Copó, Santa María Chí, Santa María Yaxché, Sodzil Norte, Susulá, Tamanché, Tixc uytún y Yaxché Casares. Los comisarios se quejaron del mal estado de sus calles, de las luminarias, de carecer de unidades de traslado, lo que es sumamente delicado, porque incide en la atención de cuestiones de salud y urgencias e invitaron a los medios de comunicación a recorrer sus comunidades, para constatar sus afirmaciones. Comentaron que aproximadamente cincuenta mil ciudadanos se ven afectados por este motivo. El escrito, firmado por los subcomisarios de Cholul, Xmatkuil, Opichén, Kikteil, Dzidzilché, Cheumán, San Pedro Chimay, Tamanché, Xcumpich, Tixcuytún, Santa Gertrudis Copó, Santa Cruz Palomeque, Santa María Yaxché, Dzibilchaltún, Petac, Santa María Chi, Chichí Suárez y Tzacalá, acusaba a Salvador Vitelli Macías, director de Desarrollo Social, de impedirles participar en las sesiones del Comité de Participación Ciudadana, negándoles el acceso y de tratarlos de manera despótica y prepotente, situación completamente inaceptable, no solo en mérito del indeclinable respeto a su condición humana, sino a su carácter de autoridades auxiliares, emanadas del sufragio universal. Nuevamente vemos aparecer en el ayuntamiento de Mérida prácticas indebidas como el nepotismo y el amiguismo, ferozmente criticadas por el alcalde cuando era diputado, pero que ahora realiza de manera cotidiana, al detentar el poder. La acusación expone una tremenda falta de sensibilidad social de parte de la instancia, irónicamente encargada de atender ese rubro. Empero y a reserva de investigar al respecto, obra en contra de Vitelli que no es la primera vez que se formulan ese tipo de acusaciones en su contra, toda vez que diversos panistas a los que en su campaña para diputado federal ofreció dar trabajo o reinstalar, se quejaron de no haber sido atendidos o ser tratados con malos modos. Los meridanos de las comisarías, contra lo que muchos de los integrantes del ayuntamiento suponen, no son meridanos de segunda y tienen derecho a servicios públicos de la misma calidad que los que gozamos quienes vivimos en la ciudad y a una atención a la salud, deporte y recreación de calidad. No es justo que los deportistas de las comisarías carezcan de instalaciones o jueguen en potreros, o que solo les lleguen magos y payasitos, con el debido respeto al trabajo de esos artistas o mucho peor, que tengan prohibido enfermarse. Estamos seguros que Renán Barrera no abrirá la boca respecto a estas cuestiones, a pesar de ser tan delicadas. Ya lo vamos conociendo. Solamente esperamos que Salvador Vitelli de la cara y aclare los señalamientos que se le hacen y sepa ofrecer disculpas y rectificar el rumbo si son ciertos, o desmentir las imputaciones. Lo que es un hecho, es que hace muy mal Renán Barrera en abandonar a su suerte a los habitantes de las comisarías, por tratarse de población vulnerable y porque si tiene ambiciones políticas, el día de mañana esa gente le dará la espalda, pues con lo sucedido ahora, sabe que Renán no debe ser candidato a gobernador.

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