La Escolta del Alcalde: Prepotente y Abusiva

La historia es sencilla y es la siguiente: el día de ayer, un joven que se identificó como Manuel Castillo Sanguino, al pasarse un alto en la colonia Santa Rosa chocó alrededor de las 10:00 de la mañana, contra la camioneta donde viajaba el alcalde, Renán Barrera Concha. El mandatario no sufrió heridas, mientras que el joven causante del accidente, al tratar de huir, se estrelló contra otros dos vehículos y después fue arrestado. El percance en que se vio implicado el primer edil ocurrió en el cruce de las calles 48 con 95. Castillo Sanguino, vecino de la Vicente Solís conducía un automóvil Nissan Tsuru, placas YZE-1866. Después del choque, escoltas del alcalde lo persiguieron varias cuadras, resultando herido uno de ellos, en la muñeca derecha al romper uno de los cristales del vehículo del autor del percance para tratar de detenerlo. Testigos de los hechos aseguran que Castillo Sanguino fue encañonado y sometido con lujo de violencia por los elementos de seguridad del munícipe. El Diario de Yucatán consigna que el muchacho se orinó en los pantalones a consecuencia del susto. No justificamos en modo alguno al responsable del incidente. Entendemos que la camioneta es un vehículo oficial, propiedad del municipio y que el alcalde es responsable de velar por el buen estado del patrimonio municipal y los elementos de seguridad, responsables de preservar la integridad física del primer edil. Solo que no había necesidad de semejante alarde de fuerza. Para empezar, el vehículo oficial está asegurado con cobertura amplia. En segundo lugar, los daños no fueron de consideración. En tercer lugar, no hubo heridos. Indudablemente el responsable hizo mal en tratar de darse a la fuga, pero uno nunca sabe como va a reaccionar el ser humano y una de las posibilidades a considerar en estos casos, es huir. Castillo Sanguino se ve joven, indudablemente es humilde, toda vez que no solo iba a bordo de un automóvil de modelo antiguo, sino que habita en una colonia popular; concedamos que había que perseguirlo y exigirle afrontara su responsabilidad, ¿pero para que aprehenderlo a punta de pistola?, ¿para que maniatarlo con tanta violencia?, ¿acaso se resistió e intentó agredir a la guardia del alcalde? Ningún periodista o testigo de los hechos refiere cosa semejante. Renán Barrera debió demostrar calidad humana, algo de lo que por lo visto carece. Apaciguar a los integrantes de su escolta, que por lo visto son conocedores del tema del reparto de participaciones estatales y federales, pero que desconocen completamente la materia de derechos humanos. El alcalde debió interesarse en la suerte de un conciudadano e intentar ofrecerle facilidades para arreglar lo ocurrido. Pero claro, es más fácil permanecer en la comodidad del aire acondicionado y no condescender a bajarse a padecer el sol e interesarse de la suerte de un infeliz. La actitud de la escolta del alcalde, es fiel reflejo de la conducta de Renán Barrera. La prepotencia y el desprecio a la ciudadanía son su sello distintivo. Con lo sucedido, no dudemos que el alcalde lloriquee en su informe el incidente e incluso se atreva a afirmar haber sido víctima de un atentado, perpetrado por sicarios y planificado por fuerzas oscuras aliadas con sus detractores. Es un hecho: Renán Barrera no solo es un inepto, sino además no es una buena persona. Alguien así no debe jamás acceder al alto honor de gobernar su estado natal. Que no se nos olvide.

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