Atentado Contra la Tercera Edad

Renán Barrera en su reciente informe, se dedicó de principio a fin a intentar denigrar a la administración que le antecedió y presentarla como lo peor que ha existido: desorganizada, ineficiente y corrupta. El alcalde, hablando en tercera persona, se presentó a si mismo y a los integrantes de su régimen, como los seres providenciales que llegaron para salvar a los meridanos del desastre en que se hallaban sumidos. Regateó, con la avaricia que le es consustancial, toda clase de mérito a sus antecesores. No es que defendamos la gestión previa. Oportunamente señalamos y criticamos inconsistencias que en el ejercicio periodístico detectamos. Pero tampoco son las cosas como Renán intenta hacernos creer. La más reciente administración tricolor, justo es decirlo, se preocupó por hacer énfasis en la cuestión social e implementó una serie de programas, dirigidos a beneficiar a integrantes de grupos vulnerables. Una de estas acciones fue el programa de recoja de basura destinado a personas de la tercera edad, a quienes la administración anterior, buscó beneficiar exentándoles del pago por este servicio, que sin ser tan oneroso, se da de manera recurrente. Indudablemente se trataba de un programa de indudable beneficio para el bolsillo de sus destinatarios. Empero, no bien llegó a la alcaldía Renán Barrera, con una horda de fanáticos dispuestos a arrasar desde los cimientos todo vestigio del quehacer de la administración que le antecedió, lo primero que hicieron fue dejar sin efecto este programa, afectando severamente a un importante sector de la población. En efecto, a lo largo de los últimos tres meses, se han puesto en comunicación con este servidor, numerosas personas perjudicadas por las ansias de revancha política del actual presidente municipal, que cree que todos los habitantes de nuestra capital gozamos del sueldazo que devenga y que no tenemos dificultad alguna para ganar lo necesario para sufragar lo necesario no solo para nuestra subsistencia cotidianan, sino para el pago de los servicios que utilizamos. Investigando un poco, pudimos confirmar que efectivamente, hace ya un año que la recoja de basura gratuita para personas de la tercera edad no se lleva a cabo. Lo anterior, en el marco de una actividad que ha significado pingues ganancias, tanto legales como indebidas a la administración de Renán Barrera, no solo por lo que se capta por este concepto, sino por lo percibido ilegalmente al adjudicar forzada y grotescamente una concesión a la empresa SANA, merced al pago de favores políticos, actividad a la que tanto Renán como el hermano incómodo, son altamente proclives. Por otro lado, no es ningún secreto que la basura es un negocio altamente redituable para muchos, tanto particulares como funcionarios de gobierno, por cuanto concierne a los conceptos de pepena y procesamiento de basura. No en balde hay ya diversas personas que han abierto plantas que se dedican a esta actividad, so pretexto del cuidado de la ecología. Lo trascendental de este asunto, es la nula sensibilidad social que exhibe el gobierno municipal que encabeza Renán Barrera, que con la mano en la cintura, ha golpeado en los bolsillos a las personas de la tercera edad, ocasionándoles un perjuicio, movido por su afán de denostar un régimen emanado de otro partido, en vez de aprovechar un programa indudablemente benéfico, como haría cualquier gobernante sensato, que si bien corrige errores de sus antecesores, también aprovecha los aciertos. Renán pretende hacer creer a los habitantes de nuestra ciudad, que prácticamente la está reinventando y pretende erigirse de poderse, en nuevo fundador de Mérida. Solo falta que también pretenda colocar una estatua suya en Paseo de Montejo. Habrá que preguntar tanto al alcalde, como a los titulares de las empresas concesionarias de la recoja de basura y a nuestro buen amigo Mario Cerón, titular de Servilimpia, los motivos para tomar tan arbitraria determinación, que lesiona los intereses de los meridanos más desprotegidos. A ver que cuento chino nos inventan.