Renán Barrera es un peligro para Mérida
La congruencia de los actos con el discurso y la coherencia en las acciones, es siempre lo deseable en una persona física o moral y más aún si esta se dedica al servicio público.
Si hemos optado por el arduo y espinoso camino de la crítica, es precisamente en virtud de lo antes expuesto. Porque no nos arriesgamos antes como ahora, para que solo cambien los nombres de los déspotas en turno y se sigan dando una serie de malas prácticas que atentan contra el interés de la ciudadanía.
Por supuesto, lo más fácil es descalificar y tildarnos de vendidos a la opción política contraria. Este recurso es muy burdo y solo revela carencia de argumentos. La gente que tiene inclinaciones mercenarias, las saca a relucir en el momento que es más propicio para que puedan redituarle. Indudablemente esta premisa no es aplicable.
Otros más obtusos aún nos llaman resentidos y tampoco es el caso, habida cuenta que entendemos el servicio público precisamente como una gran oportunidad de ser útiles a la comunidad y aportar algo, sin buscar con ello el lucro ni el enriquecimiento y eso no excluye, la correcta retribución por la actividad y el empeño desplegados para este efecto. Empero, siendo estrictos, quizá este adjetivo pudiera aceptarse parcialmente si partimos de la base de que fuimos engañados, tanto como el resto de la ciudadanía. Si asumimos que las expectativas que pudieron despertarse en un momento determinado, se han visto frustradas y se han trocado en decepción. Veamos porque motivos ha ocurrido esto:
Renán Barrera Concha es un alcalde hablador y mendaz, con cierta habilidad para el discurso, habida cuenta que posee una mediana cultura, pero que jamás ha sido congruente entre lo que dice y lo que hace. El descuido en su discurso y sus afirmaciones temerarias, lo han llevado a verse en la necesidad de indemnizar por daño moral a gente a quien ofendió en su fama pública por la ligereza con la que endilga adjetivos. Es de destacarse que esto ocurrió merced a fallos judiciales que se vertieron gobernando el partido político en que milita, no pudiendo argüir en su defensa el pretexto de justicia a modo o el concurso de jueces de consigna. Habiendo cursado estudios de Derecho, tuvo alternativas de defensa y fue vencido.
Por otra parte, parafraseando a José Emilio Pacheco, Renán Barrera es todo aquello contra lo que luchó: Infinidad de veces criticó el endeudamiento transexenal y fue una de las primeras cosas que nos recetó a los meridanos (150 millones de pesos a quince años si no me traiciona la memoria y todo para actividades habituales, que no justifican la contratación del empréstito). Lo mejor de todo, es que se llena la boca presumiendo los aumentos en los ingresos por diversos conceptos y los ahorros generados supuestamente por una administración honesta. Nos preguntamos entonces para que pedir prestado.
Criticó el amiguismo y el influyentismo y ha sido el primero en caer repetidamente en este pecado, no solo otorgando posiciones en cabildo y su gabinete a cuates y recomendados a los que ya hemos mencionado con antelación, sino creando dependencias exprofeso para acomodarlos (subdirección de fomento a la lectura y la instancia de juventud municipal a la que elevó de categoría, de departamento a dirección).
Blasona el respeto a la ley y a la dignidad de las personas, pero no ha dudado en mandar a sus operadores políticos a intentar inducir el sentido del voto en las elecciones a comisarios, donde se llevó un rotundo revés y sus agentes demostraron su ineptitud. Se vio forzado a interponer demandas contra personajes de la administración que le antecedió, dada la presión mediática ejercida contra él por asociaciones responsables y ciudadanos comprometidos, que le exigieron cumpliese su palabra de fincar responsabilidades a aquellos que se desgañitó señalando como culpables de saquear el municipio. Empero, todo fue una tomada de pelo, toda vez que no imputó a nadie directamente, poner demandas contra quien resulte responsable es algo que pudo haber hecho desde el primer día de su encargo y acopiar pruebas no lleva más de seis meses. La realidad es que el desastre financiero al que Renán recurrentemente invoca, no existe y es solo una excusa para disimular su incapacidad y la de su equipo para dar resultados. Lo peor, es que persigue a los empleados del ayuntamiento por sus ideas o simpatías, violentando las tesis sustentadas por su propio partido político, recurriendo a expedientes sumamente groseros para vulnerar derechos laborales legítimos.
Se ostenta partidario de la transparencia y rendición de cuentas, pero ha hecho precisamente lo contrario, llenando de dudas a la opinión pública. Lo anterior, en el caso de los préstamos y su destino, en el caso del bacheo, del otorgamiento forzado de la concesión a SANA y por supuesto, con lo de la sustitución de las luminarias, en que se negó a licitar. Para Renán Barrera todo es una emergencia, si se trata de favorecer a sus allegados. Pero lo peor, es que ha prostituido la participación ciudadana, creando organismos parciales y a modo, integrados por vividores profesionales, que reciben dádivas diversas a cambio de su abyección.
Denostó eventos a los que tildó de caprichos, realizados para satisfacer egos y se ha equiparado, regalando dinero para la enseñanza de Tenis, disciplina deportiva que es practicada por un número infinitesimal de meridanos, sin justificar la medida y sin que nadie le diga pío. Ha erogado cientos de miles de euros en traer una exposición de cuadros de Rembrandt, pudiendo equipar y avituallar a los grupos artísticos municipales, en una auténtica demostración de soberbia, que poco o ningún beneficio dejará a la cultura y artistas locales, situación que al traducir el monto en pesos, pudiéramos equiparar a la realización de algún concierto masivo y gratuito de alguna figura de renombre internacional.
Repudió los altos salarios y el boato de funcionarios pertenecientes a otros niveles de gobierno y no dudó en aumentar en una tercera parte, los ingresos ya de por sí sustanciosos de la tesorera municipal, que no ha hecho en el desempeño de su encargo, nada que justifique tan desmesurado aumento en sus percepciones.
Pudiéramos proseguir casi ad infinitum pormenorizando las irregularidaes, inconsistencias, anomalías, si no es que francas violaciones a la ley realizadas por Renán Barrera y compañía en todo el tiempo de su gestión. Lo anterior justifica a cabalidad nuestra insatisfacción, nuestra molestia y nuestra inconformidad. No votamos los meridanos para tener un gobierno municipal de medio pelo, ni para tener un alcalde que se pase lloriqueando su miseria a la menor oportunidad.
Lo peor de todo este deplorable panorama, es que la obstinación y la soberbia de un alcalde al que sus corifeos no paran de ofrendar nubes de incienso, puede ocasionar un tremendo quebranto patrimonial a la ciudad y a sus habitantes, cosa que se avizora muy probable en corto plazo cuando la empresa ABC Leasing triunfe en las demandas interpuestas por la arbitraria recisión de contrato, que su sesudo equipo jurídico le sugirió. De cumplirse este ominoso supuesto, habrá quie pugnar por fincar responsabilidades legales a Renán Barrera y a todo aquel a quien sea pertinente.
No criticamos por método, ni como consecuencia de ataques viscerales, los motivos antes expuestos son consecuencia de un frío análisis y nos llevan a concluir que Renán Barrera es el peor alcalde de todos los tiempos, emanado de las filas de Acción Nacional y que se ha constituido en el principal lastre para que el blanquiazul pueda obtener buenos resultados en los próximos comicios. Renán Barrera es un peligro para Mérida y algo debe hacerse al respecto o luego será demasiado tarde. El que tenga oídos para oír, que oiga…
este es el blog mas valiente que he leido en mi vida mis respetos para el autor o autora
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