¿En Donde Están los Fondos?
Alejandro Abud pone nuevamente el dedo en la llaga, en relación al modo poco aseado en que se maneja el dinero en el ayuntamiento de Mérida, al comentar de la posibilidad de nuevas demandas enderezadas contra diversos funcionarios municipales y el propio alcalde, Renán Barrera, por presuntos desvíos de fondos en un programa de créditos para ambulantes. Esta situación no es novedosa y ya la habíamos dado a conocer con antelación, indicando que recursos provenientes del Sistema Individual para el Retiro y la jubilación Municipales, eran usados para pagar lealtades electorales. La historia es la siguiente:
El Sistema Individual Para el Retiro y Jubilación Municipal se formalizó el 28 de diciembre del 2000, a fin que la administración municipal contara con los recursos suficientes para afrontar casos como los de retiro, jubilación, incapacidad o muerte, que pudieran suscitarse entre su personal.
Los recursos se constituyeron con las cuotas descontadas a los trabajadores y la correspondiente aportación municipal.
El fondo así constituido era administrado por funcionarios de diferentes niveles y supervisado por los regidores. Para julio de 2002 había un fideicomiso transitorio que alcanzaba un monto de $44;510, 400.00
Cuando asumió la alcaldía Angélica Araujo, según han informado trabajadores municipales aún en activo, no se realizaron aportaciones al referido fideicomiso durante toda su administración. Esta anomalía fue tolerada e inexplicablemente jamás revelada por la hoy tesorera municipal, Claudia Canto Mézquita, que amén de ser regidora, integraba la comisión municipal de hacienda.
Estos empleados municipales, cuyas identidades solicitaron no fueran reveladas en mérito del secreto profesional y en previsión de represalias, refieren que apenas entró en funciones el actual ayuntamiento, que encabeza Renán Barrera Concha, de manera por demás sorprendente, fueron reubicados o despedidos, aquellos trabajadores a quienes constaban de manera fehaciente, las diversas irregularidades registradas en el manejo de estos fondos. Pero lo peor, es que aseguran que recursos que integran el Sistema Individual Para el Retiro y la Jubilación Municipal, han desaparecido, toda vez que funcionarios de la actual administración indebidamente dispusieron de ellos.
Según nos han revelado, la actual administración ha utilizado los recursos del SIRJUM para dar compensaciones y pagos retroactivos a trabajadores en activo y para pagar proveedores a los que se adeudaban montos considerables. También comentan que se tomó dinero para pagar a líderes de mercados que apoyaron en campaña, pudiendo identificar como ejemplo, un par, conocidos como Bombón y Chiquini, a los que se entregaron cifras que oscilan entre los 70 y 35 mil pesos.
Nuestras fuentes refieren que estos recursos se usaron también para dar a la tesorera Canto Mèzquita, retroactivos de aguinaldo y sueldo, con el monto que incluye su más reciente aumento y que esto es visible en los comprobantes correspondientes al mes de enero pasado. De igual modo indicaron que hay un grupo de 45 funcionarios que fueron recompensados con primas vacacionales y compensaciones de sueldo. Los recursos erogados por este concepto, de manera indebida, aseguran ascienden a un total de 23 millones de pesos, usándose también dinero proveniente del SIRJUM.
Revelaron dinero con éste origen se canalizó a la dirección de desarrollo económico para que pudieran otorgar microcréditos, destinados a módulos fijos, semifijos y para la adquisición de carritos ambulantes de perros calientes. Todo lo anterior, para recompensar lealtades. Nuestras fuentes aseguran que disponer de estos recursos, solo pudo ser posible merced a acuerdos existentes entre la tesorera Canto Mézquita, el alcalde Barrera Concha y el director de administración, Jorge Gamboa Wong y que la insistencia en obtener el crédito de 150 millones anteriormente contratado, fue precisamente para cubrir el boquete financiero generado por la indebida disposición de estos recursos.
Como es fácil suponer, lo relatado pone en riesgo el futuro de miles de empleados municipales, por tratarse de recursos destinados a retiro, jubilación, incapacidades y fallecimiento.
Doy por descontado que no tardarán miríadas de voces oficiosas en denostarme, tildándome de innumerables maneras. Lo esencial más allá de cualquier otra cosa, es transparentar la información y terminar las suspicacias que genera una administración, que a varios meses de entrar en funciones, no ha sido capaz de demostrar la responsabilidad de ninguno de los funcionarios que según repiten, les entregaron quebrado el municipio.
Invito al alcalde a desmentir estas afirmaciones, convocando una rueda de prensa donde informe donde están estos fondos y donde aclare su monto, exhibiendo la documentación pertinente para sustentar su dicho y en la que desmienta lo concerniente al otorgamiento de pagos y apoyos indebidos.
Invito a las organizaciones que exigían anteriormente a grito pelado honestidad y transparencia, a hacer lo propio, toda vez que la ocasión lo amerita y para demostrar que juzgan con el mismo rasero.
Invito al ayuntamiento en pleno, a demostrarme que estoy equivocado. Me será profundamente grato escribir una columna de rectificación y ofrecer las satisfacciones correspondientes. Mérida se lo merece y lo agradecerá.
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