¿Otra Mentira Más?
La principal obligación de toda autoridad y por ende, de cualquier gobierno, es hablar a la población con la verdad.
La administración municipal que encabeza Renán Barrera Concha ha sido una excepción a este principio. Desde su inicio, ha ocultado información y hasta mentido flagrantemente a la ciudadanía. Prueba de ello constituye la asignación arbitraria de una subdirección, la de Fomento a la lectura a una persona allegada al alcalde, dependencia de la cual, hasta el día de hoy, se ignoran su programa operativo anual y sus metas. De igual forma, las autoridades municipales en funciones mintieron a la ciudadanía en la irregular adjudicación de la concesión para recoja de basura a la empresa SANA y en el caso de tráfico de influencias, protagonizado por Roberto Osorio Robertos, subdirector de Servicios Públicos Municipales, que de manera completamente ilegal, rentó mobiliario al Comité Organizador del Carnaval, a través de una empresa de su propiedad.
En esta oportunidad, queremos dar a conocer a la ciudadanía otra más de las omisiones del alcalde de nuestra ciudad, que dolosamente ha ocultado a la comunidad y que eventualmente pudiera constituir un caso de desvío de recursos.
Si bien el precepto legal afirma que el que acusa tiene que probar y otorga la carga de la prueba al demandante de cualquier acción legal, en esta ocasión interesa al titular del ayuntamiento emeritense demostrar que no ha incurrido en ilegalidad alguna, que atente contra el patrimonio de los meridanos.
La historia es la siguiente: pudimos percatarnos de la existencia de un semanario denominado originalmente REACCIÓN NACIONAL, mismo que se distribuye actualmente, de manera indistinta, tanto en la sede del Comité Estatal como del Municipal del Partido de Acción Nacional. Lo anterior no tendría nada de extraordinario de no figurar como director financiero del medio, Jorge Barrera Concha, el hermano incómodo del munícipe, a quien se atribuye cocinar todos los bisnes que la presente administración municipal prepara y disfruta.
La presencia del hermano del primer edil, a quien se le considera el operador de todos los negocios de dudosa licitud, en el ya mencionado rotativo nos llevan a suponer que en la operación del mismo pudiera estar involucrado dinero municipal. Es decir, patrimonio de todos los meridanos. La erogación de fondos municipales, si la hubiera, en ningún momento sería insignificante, toda vez que la publicación se imprime en la capital del país y su traslado a otras localidades por lógica implica un costo adicional a su simple aparición.
Pero más alla de lo anteriormente mencionado, lo que hace abrigar mayores suspicacias, es el editorial elogiando la actuación de la administración que encabeza el alcalde en funciones y la evidente intención de promoción de su figura, al ser distribuida la publicación en los comités del Partido Acción Nacional, buscando un posicionamiento que pudiera llevarlo eventualmente a hacerse de la candidatura al gobierno del estado por este instituto político.
Merced a las malas experiencias anteriores, en que no se condujo con probidad, queda la carga de la prueba a cargo del alcalde de esta capital, que deberá demostrar a la ciudadanía que no hay un patrocinio ilegítimo de parte del ayuntamiento, del medio en cuyo directorio figura su hermano.
De no ser sensible a las voces que solicitamos se lleve a cabo una investigación a fondo en este respecto, podremos inferir que algo indebido esta sucediendo y Renán Barrera deberá ser encauzado para determinar las responsabilidades legales en las que pudiera haber incurrido y ser sancionado conforme a derecho corresponda.
Ojalá, en aras de la transparencia, la rendición de cuentas y el apego a la legalidad a los que tanto presume apegarse y respetar, Renán Barrera aclare de una buena vez por todas, este asunto
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