¿A QUÉ VIENE MADERO?

Indudablemente el gran perdedor de las pasadas elecciones concurrentes fue el Partido de Acción Nacional. Su presidente, Gustavo Madero Muñoz, se comportó tal cual lo hubiera hecho su malogrado antepasado, el presidente mártir: medroso, timorato, incapaz de la firmeza o el arrojo, sometido por completo al peso de la institución presidencial, que para mala fortuna, hizo lo que le vino en gana del partido. De tal suerte, muchos creímos a Madero un cadáver político, lo desahuciamos para el porvenir y pensamos que trataría de concluir su gestión al frente del blanquiazul de manera más o menos airosa, procurando no hacer olas y llevar la fiesta en paz con todos. Tiempo después en la asamblea nacional panista, las disensiones y las pugnas intestinas afloraron, a través de un muy amplio grupo sedicioso que propuso que la renovación de la dirigencia, fuera de carácter estatal o nacional, se llevara a cabo mediante sufragio universal de la militancia y no a través del voto de delegados o consejeros. El ambiente se caldeó a grado tal, que Madero decidió reventar la asamblea, solicitando a los consejeros afines de las diversas entidades federativas que se retirasen, para provocar la falta de quórum y dejar en suspenso y sin validez los acuerdos que pudieran tomarse La realidad es que jamás pensamos que el PAN pudiera tener una jornada electoral tan productiva, como la que tuvo recientemente, en la que obtuvo excelentes resultados merced a la alianza realizada con el PRD, que indudablemente benefició a los panistas. Es menester destacar que fue el calor de las huestes del Sol Azteca, lo que infundió nueva vida al desangelado y moribundo periodo del actual presidente nacional. Merced a esto, Madero ha cobrado nuevos bríos y ha expresado su intención de buscar la reelección en la dirigencia panista. Precisamente en mérito de lo anterior, es que cabe preguntarse a que viene Madero. Su llegada despierta enormes suspicacias, máxime que se antojaba lógico que primero llegase a Quintana Roo, donde el blanquiazul fue víctima de un verdadero desastre, de una barrida de antología, en la que perdió todo lo que disputó y lo razonable hubiera sido que el jefe nacional hiciera acto de presencia en esos lares, para confortar y dar ánimo a la dirigencia y militancia de dicha entidad. Empero, no fue así y decidió venir a Yucatán, estado que tiene al frente del panismo a alguien a quien se reconoce como leal a su causa. Precisamente por ello nos preguntamos: ¿A qué viene Madero?, ¿a ratificar lealtades?, ¿a confirmar con quien cuenta en su ánimo reeleccionista?, ¿a dar línea?, ¿a instruir como reventar otra vez la asamblea? No es posible dejar de especular: ¿Viene a realizar amarres y a ofrecer apoyar otros afanes reeleccionistas, si avalan el suyo?, ¿pretenderá subrayar la importancia del Pacto Por México a los legisladores federales para favorecer las reformas que en este marco están próximas a realizarse? Sería interesante saber. La visita a realizarse este sábado, indiscutiblemente se reflejará en lo que acontezca al reanudarse la asamblea en suspenso y será un factor de peso que incida en la continuidad del actual presidente nacional. No es poca la importancia de lo que vaya a suceder al interior de Acción Nacional, puesto que independientemente de que se simpatice o no con este instituto político, por ser uno de los tres grandes partidos nacionales, que tienen influencia e impacto determinante en la toma de decisiones en el país, lo que ahí se defina, puede mantener o cambiar el rumbo de México. Personalmente creo que para toda persona, sea física o moral, la congruencia es medular y en esta virtud, la elección de dirigentes debe abrirse a la totalidad de la militancia. Solamente de este modo, Acción Nacional podrá ser coherente con sus valores y con su discurso democrático, de respeto a la dignidad de la persona y de formación de conciencia en la ciudadanía. Para Acción Nacional la renovación de la dirigencia nacional es indispensable, así como lo es también en Yucatán, habida cuenta de los reveses experimentados. Hasta en el fútbol cuando hay malos resultados, son deseables los cambios y el primero en irse es el timonel. Confieso que me invade una oleada de curiosidad por saber la razón de la visita de Madero, dirigente al que los panistas yucatecos poco o nada tienen que agradecer y ronda mi mente la interrogante de si el político coahuilense no será objeto de una silbatina generalizada en la Cámara de Comercio.

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