Inquietante Silencio Opositor
Desde que asumió la titularidad del poder ejecutivo estatal, Mauricio Vila ha emprendido una feroz ofensiva contra todo lo que signifique o se relacione con su principal opositor, el Partido Revolucionario Institucional.
Desde la cima de la administración estatal, Vila ha encabezado una despiadada cacería contra los priistas: los ha despedido, los ha humillado, los ha ignorado, ha pisoteado su dignidad y sus derechos, sin que a la fecha, nadie en el partido haya dicho esta boca es mía. Al día de hoy, el PRI guarda un vergonzante e inexplicable silencio.
Supusimos de inicio, que el partido estaba conmocionado, lo mismo que un boxeador que sufre un nocaut fulminante. Pensamos erróneamente que el cambio de directiva estatal, cambiaría el orden prevaleciente.
Nos equivocamos. Francisco Torres ganó de manera controversial la presidencia estatal y pensamos que su popularidad, lo ayudaría a recomponer estructuras y restañar heridas. Pensamos que habría una voz que se elevaría para defender a los suyos, que pondría los puntos sobre las íes al gobernador; y nada.
A Francisco Torres le ha gustado nadar de muertito. No se complica la vida, no toca ni con el pétalo de una rosa al gobernador. Simula ser oposición, abordando temas nacionales de bajo impacto, pero asuntos de interés estatal, no toma ni por equivocación.
Calla ante los despidos, guarda silencio ante los ataques a la prensa libre, se paraliza cuando se proyecta afectar los intereses de los trabajadores, permite que Mauricio Vila pase limpiecito, sin despeinarse. No utiliza la mayoría de su bancada en el congreso.
Es muy triste admitirlo, pero en Yucatán no hay oposición, no existen contrapesos a las arbitrariedades e irresponsabilidad de la administración en turno.
Es penoso admitirlo: a Francisco Torres le quedó muy grande el puesto y cerrar los ojos a esta situación, es llevar al tricolor al precipicio, rumbo a los comicios de 2021, donde si se prolonga la situación que prevalece en la actualidad, si le va bien, se quedará con la tercera parte de los diputados que tiene hoy día.
Insistimos: si no hay un golpe de timón, se avecina un desastre electoral y con ello la fuga masiva de militantes. Ojalá se entere Alejandro Moreno: URGE UN CAMBIO EN EL PRI o todo estará perdido. No digan luego, que nadie se los dijo.
Seguimos pendientes...
Supusimos de inicio, que el partido estaba conmocionado, lo mismo que un boxeador que sufre un nocaut fulminante. Pensamos erróneamente que el cambio de directiva estatal, cambiaría el orden prevaleciente.
Nos equivocamos. Francisco Torres ganó de manera controversial la presidencia estatal y pensamos que su popularidad, lo ayudaría a recomponer estructuras y restañar heridas. Pensamos que habría una voz que se elevaría para defender a los suyos, que pondría los puntos sobre las íes al gobernador; y nada.
A Francisco Torres le ha gustado nadar de muertito. No se complica la vida, no toca ni con el pétalo de una rosa al gobernador. Simula ser oposición, abordando temas nacionales de bajo impacto, pero asuntos de interés estatal, no toma ni por equivocación.
Calla ante los despidos, guarda silencio ante los ataques a la prensa libre, se paraliza cuando se proyecta afectar los intereses de los trabajadores, permite que Mauricio Vila pase limpiecito, sin despeinarse. No utiliza la mayoría de su bancada en el congreso.
Es muy triste admitirlo, pero en Yucatán no hay oposición, no existen contrapesos a las arbitrariedades e irresponsabilidad de la administración en turno.
Es penoso admitirlo: a Francisco Torres le quedó muy grande el puesto y cerrar los ojos a esta situación, es llevar al tricolor al precipicio, rumbo a los comicios de 2021, donde si se prolonga la situación que prevalece en la actualidad, si le va bien, se quedará con la tercera parte de los diputados que tiene hoy día.
Insistimos: si no hay un golpe de timón, se avecina un desastre electoral y con ello la fuga masiva de militantes. Ojalá se entere Alejandro Moreno: URGE UN CAMBIO EN EL PRI o todo estará perdido. No digan luego, que nadie se los dijo.
Seguimos pendientes...
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