Amigos y Enemigos de Yucatán
Es precisamente en estos momentos, en que se da la rebatiña por el presupuesto, que los habitantes de nuestra entidad podemos percatarnos perfectamente de quien puede ser calificado como amigo o enemigo de Yucatán.
La razón es muy sencilla: movido por su idea demencial de no perder sustento financiero para sus programas asistencialistas, Andrés Manuel López Obrador ha anunciado diversos recortes al gasto público, que se traducirán a final de cuentas, en menos dinero para estados y municipios y por supuesto, Yucatán no es ajeno a esta dinámica, que deja más que claro que el oriundo de la Chontalpa, no es amigo de nuestra entidad.
Ante los inminentes recortes por sobrevenir, Mauricio Vila mansamente ha doblado las manos y se ha apresurado a declarar que será preciso hacer más con menos y ha hablado de la posibilidad de fusionar dependencias, buscando eficientar su funcionamiento. Dicho en buen romance: se ha sometido y arrodillado ante el presidente. Como no es yucateco, no le interesa la gente, ni le importa que a Yucatán le vaya mal. Solo le preocupa, que nadie lastime su imagen, pues sigue obcecado en la necedad de ser candidato a la presidencia de la república por el PAN. Cosa que no va a suceder, ni por error. Queda perfectamente claro pues, que Mauricio Vila es enemigo de Yucatán.
En contraste, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín ha deplorado que nuestra entidad no cuente con los recursos necesarios para detonar su desarrollo y para realizar las obras que una entidad en constante crecimiento amerita. Jorge Carlos es a diferencia de Vila, un enamorado de Yucatán y sobre todo, un especialista para la negociación y el cabildeo.
Jorge Carlos a diferencia de Vila que no es capaz de articular dos palabras con énfasis, es un brillante orador y pondrá su elocuencia al servicio de las mejores causas de nuestra entidad. Tratará de conseguir dinero y obras. Queda claro en consecuencia, que el senador Ramírez Marín es amigo de nuestra tierra. Siendo hijo suyo, no podía ser de otra forma.
Resulta primordial que estos detalles los tengamos más que pendientes cuando sea menester, para saber quién nos quiere ayudar o quien no tiene interés por lo que nos pueda suceder.
Seguimos pendientes...
La razón es muy sencilla: movido por su idea demencial de no perder sustento financiero para sus programas asistencialistas, Andrés Manuel López Obrador ha anunciado diversos recortes al gasto público, que se traducirán a final de cuentas, en menos dinero para estados y municipios y por supuesto, Yucatán no es ajeno a esta dinámica, que deja más que claro que el oriundo de la Chontalpa, no es amigo de nuestra entidad.
Ante los inminentes recortes por sobrevenir, Mauricio Vila mansamente ha doblado las manos y se ha apresurado a declarar que será preciso hacer más con menos y ha hablado de la posibilidad de fusionar dependencias, buscando eficientar su funcionamiento. Dicho en buen romance: se ha sometido y arrodillado ante el presidente. Como no es yucateco, no le interesa la gente, ni le importa que a Yucatán le vaya mal. Solo le preocupa, que nadie lastime su imagen, pues sigue obcecado en la necedad de ser candidato a la presidencia de la república por el PAN. Cosa que no va a suceder, ni por error. Queda perfectamente claro pues, que Mauricio Vila es enemigo de Yucatán.
En contraste, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín ha deplorado que nuestra entidad no cuente con los recursos necesarios para detonar su desarrollo y para realizar las obras que una entidad en constante crecimiento amerita. Jorge Carlos es a diferencia de Vila, un enamorado de Yucatán y sobre todo, un especialista para la negociación y el cabildeo.
Jorge Carlos a diferencia de Vila que no es capaz de articular dos palabras con énfasis, es un brillante orador y pondrá su elocuencia al servicio de las mejores causas de nuestra entidad. Tratará de conseguir dinero y obras. Queda claro en consecuencia, que el senador Ramírez Marín es amigo de nuestra tierra. Siendo hijo suyo, no podía ser de otra forma.
Resulta primordial que estos detalles los tengamos más que pendientes cuando sea menester, para saber quién nos quiere ayudar o quien no tiene interés por lo que nos pueda suceder.
Seguimos pendientes...
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