Inexcusable Imprudencia de Rosa Adriana
Hay gente imprudente y peor aún, hay quienes no comprenden que las imprudencias acarrean graves consecuencias. La imprudencia se entiende en personas inmaduras e inexpertas, pero es inexcusable en gente que de manera profesional y consistente, se dedica al servicio público y se supone, tiene a flor de piel la sensibilidad que produce el trato constante con la gente; la prudencia natural que sucede a conocer la manera de ser y de pensar, las cosas que agradan y desagradan al pueblo.
Por eso es inexcusable la imprudencia consustancial al proceder de la diputada Rosa Adriana Díaz Lizama, coordinadora de la fracción panista en el congreso del estado, que se comporta tal y como si fuera una adolescente con las hormonas en plena ebullición, circunstancia que nubla el raciocinio, al difundir en redes sociales, cuanto realiza con su nueva pareja, al parecer un aficionado a la pesca, no como modus vivendi, sino como pasatiempo, situación que le debe parecer de muy buen tono.
La coordinadora de la fracción blanquiazul en la presente legislatura, es imprudente en grado superlativo al apuntarse la puntada de organizar junto con su pareja, Santiago Sosa Ceron, el de los escándalos en Star Médica, un torneo de pesca, actividad que gracias a su cargo puede convocar, sin ningún problema y sin tener motivo alguno de preocupación, ni enfrentar traba alguna, puesta por persona o dependencia alguna, en particular.
La diputada, coordinadora de la fracción panista, ávida de complacer a su pareja sentimental, olvida y pasa por alto la complicada situación que viven los hombres de mar y organiza una competencia que algunos podrían calificar como depredación, para satisfacer el ego de personajes que de esta manera, consideran practicar un deporte, fomentar la convivencia familiar y estar en contacto con la naturaleza.
Obviamente todo esto es posible, debido al evidente desinterés del gobernador Mauricio Vila y su notorio desconocimiento de la situación que prevalece en nuestra entidad, que al parecer considera su feudo, en el que tiene capacidad de hacer cuanto le venga en gana y por ende, esto se hace extensivo para sus allegados.
Explique lo anterior, la razón de la conducta de la diputada Díaz Lizama, que sin embargo, pierde de vista las consecuencias de carácter electoral que su comportamiento puede implicar.
Aunque tal parece que la divisa de los integrantes de la administración que encabeza Mauricio Vila es: después de mí, el diluvio...
Extrañamente lo relatado al parecer, no merece comentario alguno de los partidos de oposición (¿hay oposición en Yucatán?), ni de sus compañeros legisladores.
Seguimos pendientes...
Por eso es inexcusable la imprudencia consustancial al proceder de la diputada Rosa Adriana Díaz Lizama, coordinadora de la fracción panista en el congreso del estado, que se comporta tal y como si fuera una adolescente con las hormonas en plena ebullición, circunstancia que nubla el raciocinio, al difundir en redes sociales, cuanto realiza con su nueva pareja, al parecer un aficionado a la pesca, no como modus vivendi, sino como pasatiempo, situación que le debe parecer de muy buen tono.
La coordinadora de la fracción blanquiazul en la presente legislatura, es imprudente en grado superlativo al apuntarse la puntada de organizar junto con su pareja, Santiago Sosa Ceron, el de los escándalos en Star Médica, un torneo de pesca, actividad que gracias a su cargo puede convocar, sin ningún problema y sin tener motivo alguno de preocupación, ni enfrentar traba alguna, puesta por persona o dependencia alguna, en particular.
La diputada, coordinadora de la fracción panista, ávida de complacer a su pareja sentimental, olvida y pasa por alto la complicada situación que viven los hombres de mar y organiza una competencia que algunos podrían calificar como depredación, para satisfacer el ego de personajes que de esta manera, consideran practicar un deporte, fomentar la convivencia familiar y estar en contacto con la naturaleza.
Obviamente todo esto es posible, debido al evidente desinterés del gobernador Mauricio Vila y su notorio desconocimiento de la situación que prevalece en nuestra entidad, que al parecer considera su feudo, en el que tiene capacidad de hacer cuanto le venga en gana y por ende, esto se hace extensivo para sus allegados.
Explique lo anterior, la razón de la conducta de la diputada Díaz Lizama, que sin embargo, pierde de vista las consecuencias de carácter electoral que su comportamiento puede implicar.
Aunque tal parece que la divisa de los integrantes de la administración que encabeza Mauricio Vila es: después de mí, el diluvio...
Extrañamente lo relatado al parecer, no merece comentario alguno de los partidos de oposición (¿hay oposición en Yucatán?), ni de sus compañeros legisladores.
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