Sin Prisa, Pero Sin Pausa
Sabia virtud de conocer el tiempo Renato Leduc Vivimos la era del vértigo. Impera el criterio de la economía de tiempo y todo queremos hacerlo a gran velocidad. Los medios de comunicación y los avances tecnológicos contribuyen a reforzar este concepto. Proliferan por ende, negocios donde todo se hace rápidamente: la comida, las copias, lavar ropa, planchar, limpieza de casas y terrenos, la jardinería, la pintura de predios, las fotografías y un sinfín de cosas más. En esta época donde se privilegia la rapidez, todo marcha aprisa: la vida diaria, las actividades cotidianas, el trabajo y hasta las relaciones personales: los noviazgos, si es que así pueden llamarse, son fugaces y los matrimonios duran un suspiro. Pero perdemos de vista que la vida transcurre en un abrir y cerrar de ojos y no damos importancia a lo que resulta verdaderamente trascendente y desperdiciamos el tiempo asignado a la existencia humana para estar en este mundo. Hemos olvidado que hay cosas que vale la pena ...