Triunfalismo Mentiroso
A muchos no les gustan las críticas que vertimos contra el ayuntamiento. Lo sabemos, toda vez que causan profundo escozor y dejan evidenciadas las miserias de una administración que por mucho, no es ni la sombra de lo que ofreció ser, pero que en contrapartida, pretende presentarse a la ciudadanía como la octava maravilla del mundo y esto no podemos permitirlo, no solo porque no se trata de halagar el ego de los gobernantes en turno, sino porque no debe mentirse al pueblo y más allá, porque se trata de un gobierno que posee todos los vicios que critica.
Ya hasta la saciedad hemos tenido ejemplos claros de que Renán Barrera encabeza un gobierno mentiroso, tramposo, carente de transparencia, que frecuentemente incurre en ilegalidades, o por desconocimiento o por franco desprecio a la ley y reiteramos, que aspira a que creamos que tenemos un régimen de primera clase, cuando se trata de uno incapaz e inepto, que no sabe estar a la altura de las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos.
Prueba fiel de lo anterior, es la dirección de cultura municipal, que desde el inicio de sus actividades, dio prueba de la inscapacidad de su titular, que en vez de encontrar el modo para allegarse recursos y realizar el Festival de la Ciudad, merced a la supuesta quiebra en que le entregaron la dependencia, cosa que por cierto jamás pudo o quiso acreditar, señalando presuntos responsables, se puso a lloriquear y declarar que era más importante que el ayuntamiento realizara labores de bacheo, que el multicitado evento.
A ello, siguieron otros desatinos, que no tiene caso consignar, toda vez que son ampliamente conocidos, lo sorprendente es que este ayuntamiento que se ostenta fanático del respeto a la ley y de la transparencia y rendición de cuentas, hasta el día de hoy no haya sido capaz de informar al regidor Gustavo Espadas Espinosa y a la ciudadanía, que es lo que hace la subdirección de fomento a la lectura, de dar a conocer su plan de trabajo, su plantilla laboral, los recursos con los que cuenta y los méritos considerados para nombrar a la responsable del área, lo que constituye una flagrante transgresión a todo pretendido esbozo de claridad en la gestión.
Recientemente nos enteramos del tremendo desaguisado generado por la puesta en escena de la obra Bacantes, en la comisaría de Cholul, presentada en un horario y local inapropiados en franca violación al reglamento de espectáculos vigente en la localidad, siendo avalado esto por el propio director de cultura y constituyendo una afrenta a la sensibilidad y moral de los habitantes de la comunidad, sin que a la fecha, se presentara disculpa alguna de parte de la autoridad, ni se sancione a nadie. Lo anterior, sin omitir que infinidad de voces, incluyendo las de muchos gratuitos y oficiosos defensores del ayuntamiento, señalan marcadas preferencias hacia un grupo teatral y dos compañías de danza, en hechos que merecerían investigarse porque eventualmente pudieran traducirse en responsabilidades administrativas y legales de algún o algunos funcionarios. No se diga que no señalamos donde está la pústula.
Debemos referirnos ahora al balance, triunfalista, hecho por el director de cultura a la exposición de Rembrandt, de la que presenta cifras alegres, que resulta indispensable conocer el método para su obtención. Esto es, saber si para darnos el número de visitantes, estimaron la asistencia o solicitaron a todo aquel que se hizo presente, acreditara su estancia mediante su rúbrica, o si llevaron tal cantidad de grupos escolares (visitantes forzados, en el sentido que acuden obligatoria y no espontáneamente), que solo se vieron en la necesidad de sumarlos, en fin, queremos que nos digan como se originó la cifra.
También será interesante saber que beneficios deja la exposición a la plástica local y a sus artistas, en virtud de su naturaleza temporal, ante la cantidad de imperiosos requerimientos que la cultura y los artistas locales presentan, comenzando por quienes integran los grupos artísticos dependientes del propio municipio, a quienes urge proporcionar mejores condiciones salariales y de equipamiento que las actuales. Esto es un tema toral, no solo porque implica justicia social, sino el elemental cumplimiento del adagio que prescribe que el buen juez por su casa empieza. No fueron dos pesos los que se invirtieron en traer a Rembrandt, sino dinero de todos los meridanos y es menester saber que este fue bien aprovechado.
Seguimos esperando del ayuntamiento y de sus autoridades culturales, un ejercicio ya no de humildad, porque lo sabemos imposible en la tónica marcada por la administración en turno, sino de congruencia con lo que predica, para lo que resulta indispensable y urgente, 1.-) dar a conocer la naturaleza de las labores y el plan de trabajo de una subdirección cuyo quehacer debe ser milagroso, toda vez que lo realiza sin los elementos indispensables para ello, pues hasta donde se sabe, Renán Barrera no ha realizado licitaciones para compra de libros, ni se han adquirido tampoco mediante adjudicación directa, 2.-) ofrecer una disculpa a los habitantes de Cholul, que no por ser gente humilde dejan de ser merecedores de pleno respeto, principalmente de parte de las autoridades y 3.-) despedir de inmediato, dada su notable ineptitud e incapacidad, traducidas en violaciones de la ley, a Irving Berlín Villafaña, aunque esto signifique que Renán se tenga que arrodillar y deshacerse en explicaciones ante Ana Rosa Payán Cervera, de quien Irving es cuota política. Queremos ver cuanto de todo esto, es capaz de cumplir este ayuntamiento transparente, rendidor de cuentas y apegado a derecho, encabezado por un alcalde como Renán Barrera, que sobradamente supera las calidades enunciadas con antelación. Sería profundamente grato que algunas "agrupaciones ciudadanas", integradas por personajes imparciales y apartidistas y hasta por algunos empleados municipales, alzaran la voz y se hicieran sentir. Somos todo oidos...
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