Los Terrenos Baldíos
¿Se ha percatado estimado lector de la cantidad de terrenos baldíos que existen en la ciudad de Mérida?, ¿conoce alguno que se constituye en un problema o en una molestia para los vecinos de su colonia, debido a la cantidad de maleza que lo infesta y con ello la abundancia de alimañas que lo habitan?, ¿sabe usted de alguno que termine convertido en basurero al aire libre, por los desperdicios que gente irresponsable deposita en ellos?, ¿le preocupa que alguno se haya transfomado en nido de malvivientes? Estos son algunos de los casos más representativos, derivados de la existencia de terrenos baldíos en nuestra urbe, teóricamente regulados por el Reglamento para Regular la Limpieza, Sanidad y Conservación de los Predios Ubicados en el Municipio de Mérida, normatividad que muchos sabemos en la mayor parte de los casos, es letra muerta, pues ejemplifican aquello de la ley se acata, pero no se cumple.
El marco legal que regula la existencia de estos terrenos, dispone que deben ser limpiados periodica y regularmente. En caso contrario, el ayuntamiento esta autorizado para acceder a ellos y proceder a esta tarea, generando con ésto, un crédito fiscal en contra de su propietario. Pero todos sabemos que en la práctica, esto es solo un catálogo de buenas intenciones, puesto que la normatividad no se aplica, merced a la desidia o apatía de las autoridades municipales, no solo actuales, sino que así ha sido a lo largo de todos los tiempos. Tristemente sabemos que jamás se ha obligado a propietario alguno de baldíos, a dar el mantenimiento obligatorio a su predio y mucho menos, se ha impuesto sanción alguna a nadie por esta razón. El motivo es evidente: falta de voluntad y firmeza de la autoridad para aplicar la ley, en una equivocada intención de no malquistarse con la población de nuestra urbe.
Podemos especular que la inacción de la autoridad municipal o de cualquier nivel a última instancia, deriva de la ignorancia de la cantidad de predios que se encuentran en estas condiciones y la inexistencia de un padrón de esta naturaleza, situación que podemos inferir a raíz de las reiteradas solicitudes realizadas por el regidor Enrique Alfaro Manzanilla a las áreas respectivas del ayuntamiento en funciones, que tratando de ganar tiempo, procedieron de la manera más burocrática, solicitando acompañara sus requerimientos de la última acta de sesión de la Comisión edilicia de ecología (presidida por él mismo), circunstancia que precisamente el día de ayer fue cabalmente cumplimentada, quedando pendiente ver si ahora sí, la dirección de servicios públicos municipales, cumplirá con su obligación de entregar la lista requerida por el edil, proveniente de la oposición, o en su defecto, asumirá con toda humildad que carece de ella, gesto que en mérito de las actitudes adoptadas con antelación, se antoja improbable, pero no nos precipitemos en el juicio...
La realidad es que el regidor Alfaro promueve de manera responsable, que se aplique la normatividad del caso y para ello, es indispensable conocer la cantidad de terrenos que se encuentran en estas condiciones. Asimismo, propone que los terrenos baldíos que sean propiedad del ayuntamiento, sean entregados a consejos de participación ciudadana o a agrupaciones altruistas, a efecto no solamente de que reciban mantenimiento periodico, sino para que sean aprovechados en alguna tarea en beneficio de la colectividad. El planteamiento es impecable y debiera ser apoyado por cualquiera, más alla de la extracción política de quien efectúe la propuesta y esto lo decimos, por la propensión imperante en la administración municipal en turno, a desestimar cualquier planteamiento que no provenga de sus filas, aunque al hacer esto, se perjudique a la ciudadanía. Es claro pues, que la iniciativa no debe politizarse, por su incuestionable utilidad social.
Exhortamos a las autoridades municipales a poner punto final a su fanatismo y a aceptar, avalar y apoyar aquellas iniciativas que sean emitidas con responsabilidad y que signifiquen beneficio colectivo, más alla de su origen partidista y ponerse de inmediato a cumplir con su trabajo, que francamente deja mucho que desear, toda vez que revela una desidia y una inactividad sobresalientes. El burocratismo es otro de los vicios que padece el gobierno municipal en turno.
Aplaudimos la intención del regidor Alfaro Manzanilla, por trabajar a favor de nuestra ciudad y sus ciudadanos y hacemos votos porque surjan otras iniciativas de esta naturaleza y sean apoyadas, sin distinción de colores, cuando representen utilidad y beneficio social.
Hacemos votos porque en breve esta propuesta pueda ser discutida, analizada y enriquecida en sesión de cabildo y aprobada en beneficio de los habitantes de Mérida. ¡A trabajar señores regidores, que para eso los ciudadanos pagamos sus sueldos!
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