Proceder Contradictorio

Lo hemos dicho antes: la contradicción es el signo del ayuntamiento que encabeza Renán Barrera, dice una y hace otra cosa, carece de coherencia en su actuar. De inicio ha procedido de este modo. Daremos algunos ejemplos para ilustrar nuestra afirmación: Renán Barrera como diputado se dijo siempre opuesto a endeudar a la ciudadanía e iniciando su gestión, lo primero que hizo fue pedir un crédito emergente por 14 millones de pesos destinado al bacheo de la ciudad, que porque no había dinero en las arcas, Irving Berlín anunció que era más importante dedicarse al bacheo, que a realizar festivales artísticos y ante la presión mediática, se vio obligado al poco tiempo a tragarse sus palabras y a dar a conocer el MéridaFest, Renán Barrera afirmó haber recibido el ayuntamiento quebrado y se cansó de señalar a diversos personajes de la administración municipal anterior como responsables de manejos administrativos poco aseados y no ha sido capaz de acreditar esta situación, lo que eventualmente pudiera acarrearle consecuencias legales, por afirmar irresponsablemente cosas, lo que no es nada nuevo para nuestro alcalde, que ya ha sido condenado en sentencia por circunstancias semejantes, Renán Barrera se manifestó siempre contrario a endeudar administraciones posteriores y ya comprometió a las cuatro administraciones que lo sucederán, contratando deuda por 150 millones a quince años, Renán Barrera se dijo siempre partidario del apego a la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas y se apresuró a adjudicar de manera francamente turbia concesiones de basura y a decretar por sus pistolas el cambio de luminarias, afectando los derechos de una empresa con la que se había convenido prestación de servicios y así pudiéramos seguirnos de largo... las pifias más recientes de la administración que encabeza Renán Barrera son: alterar de manera tramposa la licitación para pavimentar la calle 60, ocultando información, a efecto de favorecer allegados a su régimen, pero la cosas no quedan ahí: ante el revuelo desatado por un recurso legal interpuesto ante la Función Pública por el ingeniero Miguel Blanco Sosa, el alcalde se apresuró a declarar que el procedimiento fue legal y que la empresa ganadora CONSTRUCAVA, ganó la licitación por su solvencia y capacidad profesional, no tardaron las circunstancias en desmentir al primer edil, al descubrirse en los trabajos respectivos maquinaria propiedad del ayuntamiento de Mérida, situación que generó tal escándalo, que los propios regidores panistas ordenaron que fuera retirada, confirmando tácitamente las aseveraciones del Ing. Blanco. Pero las cosas no nquedan ahí: en la administración municipal pasada, los regidores panistas se opusieron a la adquisición de vehículos para ser adjudicados a las comisarías para efecto de servir para traslado de enfermos. En esta oportunidad se acordó la compra, pero la licitación nuevamente se vio infectada de circustancias cuestionables, amén de concretarse la compa de unidades por valor de más de dos millones de pesos, cantidad que excede por mucho, el monto (600 mil pesos) autorizado para compras directas por la ley de gobierno de los municipios, propiciando que los regidores de oposición soliciten se clarifique el procedimiento seguido, para garantizar su legalidad. Todavía quedan pendientes asignaturas como el quehacer de la subdirección de fomento a la lectura, cuya actividad jamás fue dada a conocer pese a haberlo solicitado formalmente un regidor de la oposición e infinidad de asuntos, en los que el proceder del gobierno municipal en turno, en el mejor de los casos, pudiera ser calificado de cuestionable. Empero, nadie dice nada y las agrupaciones sociales que antes se caracterizaban por alzar la voz y clamar exigiendo transparencia callan ingominiosamente al respecto y en vez de cuestionar el proceder de la autoridad municipal, desvían la atención hacia el gobierno del estado, viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, al hacerse acredores a dádivas y prebendas de origen municipal. Insistimos de nuevo: donde se ponga el dedo en el presente régimen municipal, sale pus: la corrupción, la prepotencia, el amiguismo, los procedimientos poco claros infestan al ayuntamiento de Mérida, mientras la ciudad sigue sucia, cubierta de maleza, llena de baches y a oscuras. Lo único que nos preguntamos los ciudadanos es cuando Renán Barrera va a ponerse a trabajar y a dejar de lloriquear y de dar excusas, ya hemos perdido más de un año y ya no sirve de nada, echarle la culpa a la administración anterior...

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