Renan Quiere Vernos La Cara

Aunque no lo admitirá jamás, Renán Barrera nos lee y aunque tampoco lo aceptará, es retardadito. Precisamente por eso, ante nuestros señalamientos, donde mencionamos que nos extrañaba que un alcalde como él, supuesto partidario de la participación ciudadana, no consultara a la ciudadanía respecto de la conveniencia de cambiar de sede el carnaval de la ciudad y decidiera unilateralmente. El rejón causó efecto y aunque tarde, Renán reaccionó, lo mismo que sus geniales asesores de imagen, que dijeron: el señalamiento es correcto. No es bueno que parezca que decides por tus pistolas, que se aparente que cedes a las órdenes de las cerveceras. Hay que aparentar que haces gala de vocación democrática y escuchas a la ciudadanía. Inventemos que hubo una consulta... De esta manera, nos salieron con el cuento chino de que hubo una encuesta telefónica, en que se consultó ocho mil personas. Es falso amigos. Nuestros contactos en Ayuntatel niegan se haya hecho ejercicio semejante. Lo peor, es lo burdo del resultado: un salomónico empate. Si bien el ayuntamiento dice que se consultó a ocho mil ciudadanos, no dice que criterios se siguieron para seleccionar a los participantes, el sexo, el rango de edad, el nivel sociocultural, no indican la hora, el área de la ciudad, la batería de preguntas utilizada, si el sondeo lo realizó el ayuntamiento u otra empresa, si tuvo un costo y de cuanto fue, cuanto tiempo duró su realización, el nivel de confiabilidad de la muestra, su margen de error, el porcentaje de población que representa y quien les autorizó a molestar a los habitantes de Mérida, en la tranquilidad de su hogar, distrayendo su tiempo con un ejercicio estadístico en el que no eligieron libremente participar. Malo es que el alcalde se mostrara autoritario e intransigente decidiendo por sus pistolas un tema que por definición interesa y hasta afecta a la ciudadanía, pero peor aún resulta que nos mienta y que pretenda vernos la cara pretendiendo ser muy demócrata y haber realizado un esbozo de consulta. Esto nos dice con claridad la calaña de Renán Barrera, un mentiroso contumaz, capaz de cualquier vileza con tal de salirse con la suya. La triste realidad es que el alcalde y el ayuntamiento siguen respondiendo a las órdenes y actuando en función de los intereses de las cervecerías. Aún concediendo que fuese real ese empate en las preferencias de los meridanos, valdría la pena que el ayuntamiento diera a conocer cual fue el criterio decisivo para determinar el cambio de sede y romper el empate, puesto que manda por un tubo a la mitad de los encuestados. La verdad es que jamás podrán darlo a conocer, porque nada se hizo, todo es una monumental falacia. Renán Barrera ha optado por la peor de las alternativas que es mentir al pueblo, engañarlo y en reciprocidad recibirá lo que se merece: los meridanos le darán las espaldas. Pronto podrá comprobarlo y el resultado que se registrará en las urnas se lo dirá. Es solo cosa de tiempo...

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