Canchas Abandonadas

Es irónico pero pese a la creación y consecuente existencia de un instituto municipal del deporte, concebido para brindar una adecuada atención a los practicantes de diversas disciplinas en la ciudad, acorde con la obligación gubernamental de inculcar en la población hábitos de vida saludables, a la fecha, no existe una instancia con la obligación clara de brindar el mantenimiento indispensable a las diversas canchas y campos deportivos. Esta situación es completamente caótica, pues desde hace más de veinte años, el área de deportes, originalmente integrante de la Dirección de Desarrollo Municipal y Servicios Públicos Municipales, se han tirado uno a otro la pelota, con los resultados que son de esperarse: las canchas y espacios deportivos, se encuentran en estado de desastre. Las condiciones que proliferan son las mismas: acumulación de basura, que inexplicablemente no es recogida, maleza crecida de tal modo, que uno solo espera ver surgir en cualquier momento a Tarzán pegando sus ya famosos gritos, baños sucios, con lavabos e inodoros despedazados a consecuencia de la incuria y el vandalismo, con problemas de plomería o carentes de agua, luminarias fundidas porque nadie se ocupa de cambiarlas, (cuando las hay, porque la inmensa mayoría carece de iluminación), falta de gradas para albergar con comodidad a los asistentes, mallas ciclónicas rotas, consecuencia del inexorable paso del tiempo, las inclemencias climáticas o el vandalismo, en fin, estas son características que aparecen de manera recurrente. Mérida cuenta con más de doscientas canchas y espacios destinados para la práctica deportiva, en los cuales existen, no se sabe porque motivo, algo más de cien comités deportivos, menos de la mitad. El titular de estas las agrupaciones, es indebidamente, considerado responsable del mantenimiento, que realiza a su leal saber y entender, cuando realmente solo debía fungir como enlace y reportar los requerimientos existentes y encargarse que sean debidamente cumplimentados. Ante el desorden imperante, el regidor Gustavo Espadas Espinosa se dió a la tarea de visitar canchas y unidades deportivas y confirmó no solo lo anteriormente mencionado, sino otras irregularidades como que las canchas ubicadas en el fraccionamiento de Tanlum no funcionan y se encuentran cerradas hace más de cuatro meses, sin recibir ninguna clase de mantenimiento, sin que se sepa el motivo y pese a la existencia de un comité deportivo en funcionamiento, cuyo responsable fue enterado de la visita que realizaría el edil de extracción opositora, recibiendo indicaciones de no permitirle el paso, para que éste no pudiera enterarse de las deplorables condiciones prevalecientes. Espadas Espinosa también pudo recibir infinidad de quejas, no solamente en relación a la falta de mantenimiento, sino también respecto de que algunos vivales cobran por el acceso a las canchas y espacios para practicar deporte, situación indebida tratándose de espacios públicos. Igualmente pudo percatarse que en el papel se destinaron ocho canchas municipales a la enseñanza del Tenis, merced a un convenio del ayuntamiento, suscrito con la asociación Unidos Por El Tenis, cuyo titular Nicolás Madahuar fue uno de los que financiaron la campaña proselitista del alcalde, pero habiendo visitado el regidor seis de estos ocho espacios, en los horarios supuestamente destinados a la impartición de las clínicas tenísticas, no encontró ni instructores, ni deportistas, lo que pone en tela de juicio el destino de más de 278 mil pesos destinados al fomento del deporte blanco en nuestra ciudad, circunstancia que nos lleva a sospechar tráfico de influencias y eventualmente el pago de favores políticos, todo lo que pudiera traducirse en responsabilidades legales exigibles a los funcionarios involucrados, que deberán explicar a satisfacción lo anterior. En mérito de lo anterior, el edil propone un punto de acuerdo para integrar una cuadrilla de trabajadores encargados ex profeso del mantenimiento y atención de los espacios consignados con antelación, situación insuficiente a todas luces, merced al número de espacios susceptibles de mantenimiento. Se necesitan al menos diez de estas cuadrillas para poder brindar una atención eficiente y oportuna. Nos preguntamos en que se invierte el presupuesto del instituto municipal del deporte, toda vez que las diferentes canchas y espacios deportivos municipales se encuentran en tan deplorables condiciones. También nos preguntamos a que se dedican sus trabajadores, dado el abandono existente. El dinero público no es para permanecer subutilizado en los bancos, a efecto de simular superavits ficticios, que lleven a la población a creer en una absoluta eficiencia y honradez gubernamental, sino para ejercerse en las necesidades y requerimientos que el servicio público implica. No ejercer recursos, como desviarlos o apropiárselos indebidamente, resultan distintas variantes de la corrupción. Hacemos votos para que el Instituto Municipal del Deporte y su titular, Jesús Aguilar, se pongan de una vez a trabajar, que para eso los ciudadanos pagamos sus sueldos. Ya llevan más de un año perdido. Asimismo, saludamos la labor del regidor Gustavo Espadas Espinosa, ídolo indiscutible del deporte yucateco y su celo por procurar las mejores condiciones para la práctica de las diversas disciplinas deportivas, a los habitantes de nuestra ciudad. Advertimos a Renán Barrera y a los integrantes del Instituto Municipal del Deporte, que el pueblo los juzgará...

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