Nadie Dice Esta Boca Es Mía
Han sido ya numerosas voces las que se han elevado, solicitando a Renán Barrera y a su gobierno, se tomen medidas en el caso de los hechos sucedidos en Cholul. Cada quien con su propio enfoque, cada quien con diferente análisis, cada quien en sus propios términos, pero hemos coincidido en lo mismo: lo acontecido es inaceptable, es evidente que el error provino de la autoridad organizadora y deben de tomarse medidas al respecto, que van desde ofrecer disculpas a los habitantes de la comunidad agraviada, hasta fincar sanciones a los funcionarios implicados, para que no vuelva a ocurrir cosa semejante.
Diferentes editorialistas, de criterios distintos, hemos coincidido en solicitar la destitución de Irving Berlín Villafaña, director de cultura del ayuntamiento, toda vez que esta dependencia fue la responsable de canalizar al grupo teatral con la dirección de desarrollo social para la puesta en escena y fue esta dependencia, la que conocía el contenido de la obra y sabía que era completamente inapropiada para presentarse en esa hora y lugar; y peor aún su titular estuvo presente, convalidando la violación al reglamento de espectáculos vigente de la comuna, en su artículo 27.
Reiteramos: son los propios funcionarios, independientemente del nivel de gobierno que representen, los que deben procurar el respeto a los términos de la ley y no su transgresión. Con base a este criterio, pedimos una sanción drástica y ejemplar.
Sorprende y llena de estupor el silencio de la autoridad municipal. El alcalde no ha dicho esta boca es mía. El director de cultura no ha expresado los motivos que justifiquen su estancia en la comunidad y las razones por las cuales con su presencia, avalaba el montaje. El director de desarrollo social tampoco ha expresado con base a que criterios determinaron asignar la referida puesta en escena, a la sede y al horario en que lo hicieron.
La administración que encabeza Renán Barrera demuestra una tremenda soberbia. Externa que le tiene sin cuidado la ofensa inferida a los habitantes de Cholul, patentiza un supremo desdén hacia las vejaciones cometidas en contra de la dignidad de los habitantes de Cholul.
No faltan por supuesto, quienes en aras de sentirse adalides del liberalismo, del pensamiento de avanzada y la modernidad, se apresuran a justificar el incidente, con el manido pretexto de que el desnudo no es malo en si mismo y alegando la belleza estética inmanente al cuerpo humano, pero tampoco faltan los que denigran a los humildes habitantes de la comisaría, preguntándose de que se quejan, si muchos de ellos viven hacinados en sus casas y sus hijos andan desnudos en ellas o por las calles.
Lo grave del suceso, es que no solo afrenta los términos de las leyes y ordenamientos legales establecidos, sino que agravia la dignidad de una comunidad, en lo tocante a la moral pública y sobre todo, en el sagrado derecho que tienen los padres de familia, de decidir que clase de espectáculos deben o no ver sus hijos.
Insistimos: No estamos en contra del arte teatral, ni de los grupos artísticos, ni siquiera nos oponemos a las obras de alto contenido erótico, solicitamos respeto a la dignidad agraviada de los habitantes de una comunidad, que la autoridad municipal tenga la humildad requerida para asumir su error, para fincar responsabilidades y para sancionar a quien corresponda (en este caso, destituyendo al director de cultura del ayuntamiento de Mérida) y que se tomen las providencias para que esto no vuelva a ocurrir.
Llama la atención y preocupa el absoluto silencio del gobierno municipal. Nadie ha dicho esta boca es mía: ni Renán Barrera, ni Salvador Vitelli, ni Irving Berlín. Será interesante saber que opina el cabildo al respecto y que exija a los involucrados mencionen lo que a su derecho corresponda e insistimos, que se finquen responsabilidades y se finquen sanciones. No se trata de afanes inquisitoriales, sino de brindar el más elemental respeto a la dignidad de las personas, centro de la doctrina de Acción Nacional, cosa que los integrantes del ayuntamiento que encabeza Renán Barrera parecen haber olvidado por completo, o peor aún, no haber conocido nunca...
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