Esquiroles de Renán
Ya anteriormente habíamos mencionado que Renán Barrera acostumbra usar a su antojo a las famosas "asociaciones ciudadanas", que a cambio de migajas, terminan por hacer el trabajo sucio al ayuntamiento. Estas asociaciones, no representan a nadie y son entes de papel, que albergan las ambiciones de sus integrantes, a los que lo último que interesa es el bien común.
Tradicionalemente habían sido el Frente Cívico Familiar y Sociedad en Movimiento, los membretes a los que se tildaba de personeros de otros intereses, por lo mismo, estas agrupaciones cayeron en descrédito muy pronto y su tendencia quedó evidenciada. Ante esta situación, fue preciso crear otras, que contribuyeran a realizar idénticas tareas.
Así, auspiciada y fomentada desde el ayuntamiento, nació la agrupación llamada 4 de Julio, creada exprofeso por un grupo de personas ansiosas de capitalizar para su beneficio exclusivo, los lamentables sucesos acontecidos en la Glorieta de la Paz, propiciados y estimulados por Renán Barrera y algunos otros, que generaron un clima de confrontación, en el que cayó una autoridad municipal carente de oficio político para tratar este tipo de conflictos y para tratar con semejante clase de agitadores.
Nada fue casual, los agitadores querían arrogarse las banderas de mártires y lo consiguieron y obtuvieron además un par de figuras políticas a las cuales culpar de todos los males reales o supuestos, buscando con ello favorecer una oferta electoral.
Tal fue el origen de la agrupación llamada 4 de Julio, integrada por el principal asesor político del alcalde, empleados municipales, beneficiarios de programas municipales, ex diputados y en general, por individuos ansiosos de disfrazarse de ciudadanos apartidistas, para obtener provecho político, a ejemplo de Lizbeth Estrada Osorio, integrante de Sociedad en Movimiento y que hoy ocupa la sindicatura. Pero resulta que en este grupo no las tenían todas consigo: primero defeccionó Marta Montero, decepcionada al constatar el triste papel de esquiroles del alcalde que les tocaba jugar y posteriormente José Enrique Gutiérrez López, según hemos podido saber por diferencias con el asesor político del alcalde, un agitador que nunca tuvo las agallas para ser guerrillero y que se encargó de tirar por la borda el futuro político de su consorte. Cabe mencionar que entre los integrantes de esta agrupación, exceptuando a una persona, que ocupó un cargo de tercera importancia en el Instituto de Cultura de Yucatán, nadie tiene la más remota idea de lo que significa el trabajo cultural y las necesidades del artista.
De esta manera y azuzados por el alcalde, ávido de disimular la ineptitud de su director de cultura y la inexistencia de trabajo en la materia, amén de otras corruptelas prevalecientes en el ámbito municipal, se lanzaron contra la Secretaría de Cultura y las Artes, manifestándose indignados por las tarifas cobradas en los teatros, como si se tratara de una gabela generada de manera reciente en perjuicio de creadores y grupos independientes.
Para este fin, alevosamente trataron de distorsionar el diálogo emprendido con las autoridades, por grupos de verdaderos artistas, que ni tardos ni perezosos, se deslindaron del intento de manipulación, intentado por este grupo de oportunistas.
Fué Gonzalo Manzanilla, un conocido editor y crítico cinemátográfico, quien se encargó de desenmascarar las verdaderas intenciones de los esquiroles de Renán Barrera, en un documento que citamos para conocimiento de la ciudadanía, a efecto de desenmascarar el intento de desestabilización emprendido contra las autoridades culturales del estado:
"Como promotor cultural con más de 40 años en actividades de cine, televisión y teatro, llamó mi atención el que hace unos meses se publicara una nota periodística en la que se hacían señalamientos sobre las tarifas que se pagan por uso de los teatros de nuestra ciudad, dejando entrever de que a partir de la presente administración se habían fijado pagos por el uso de los teatros de Mérida. Me puse entonces a investigar, entrevistando en varias ocasiones a funcionarios de la cultura, revisé notas periodísticas de los cuales obtuve varios documentos, y estos son los resultados: Un grupo de autodenominados independientes, que se dedican a actividades escénicas se reunieron para formar una Asociación y con ello hacer propuestas para mejorar las condiciones para su trabajo. Así se dijo que sería. Pero los empresarios reconocidos por su seriedad y tradición en nuestro medio, no aceptaron la invitación. Algunos de los convocantes, que se presentaron como sus líderes, solicitaron una audiencia con el Secretario de la Cultura y las Artes (SEDECULTA), la cual se realizó el 21 de mayo de 2013 y la misma se convirtió en una reunión de trabajo, en la que asistieron seis representantes de dicha asociación, además de el titular de la SEDECULTA, el Director de Desarrollo Cultural y el Jefe del Área de Teatro de la propia dependencia. En la reunión manifestaron sus inquietudes, se intercambiaron puntos de vista entre ellos y la autoridad, acordándose que a partir de la semana siguiente se realizaría una mesa de trabajo para aterrizar los temas. Una semana después, el martes 28 de mayo a las 12 horas, en la sala de juntas de la SEDECULTA, se realizó la siguiente reunión convocada a la que asisten cuatro de los interesados. El titular de la SEDECULTA propone 6 puntos del total de los que se habían planteado en un escrito, para iniciar los trabajos. A estos seis puntos se les agregan 2 más a propuesta de los interesados. Al término de dicha reunión se convocó a la siguiente, el martes 4 de junio a realizarse en la misma sede a las 12.30 horas. Sin embargo el propio 28 de mayo y a través de las redes sociales, miembros de esa Asociación, lanzan comentarios y convocan a una reunión que evidenciaba que no estaban siendo informados de que ya había dado inicio una buena comunicación con las autoridades de la SEDECULTA. En esas circunstancias tan confusas, el titular de la SEDECULTA, sin estar invitado, decide presentarse, él solo sin colaboradores, a dicha reunión de la noche del 28 de mayo en el local del teatro ¨Tapanco¨. El resultado fue que se aclararon temas como el que las tarifas de las rentas de los teatros no habían sido obra de la administración estatal actual, como se venía afirmando en redes sociales, y queda en buenos términos el diálogo que ya se venía realizando. A la reunión convocada para el 4 de junio en las instalaciones de SEDECULTA sólo se presentan dos de los interesados y se decide, de común acuerdo, no realizarla, por falta de representatividad, quedando pendiente de definir fecha y hora para la siguiente reunión, una vez que lo acordaran con el resto de los interesados. La SEDECULTA queda en espera de la gestión de los interesados para continuar la mesa de diálogo. Por tal razón sorprende que el día 18 de junio de 2013 los miembros de la multimencionada asociación, entre los que se encuentra Lourdes Luna, convocaron a una rueda de prensa (edición del Diario de Yucatán del día siguiente) por la mañana y de manera inmediata acuden al palacio de gobierno a entregar un oficio dirigido al gobernador y otro diferente al titular de la SEDECULTA. En el oficio se afirma que hay una “ausencia de proyecto institucional” y en las redes sociales y en “trascendidos” dirigidos exprofeso a los medios se señalan “anomalías en la SEDECULTA” (versiones electrónicas). En los siguientes días, el titular de la SEDECULTA invitó a varios de los firmantes para sostener un diálogo aclaratorio sobre el rumbo que había tomado de manera sorpresiva y unilateral el tema. A la vez otros de los firmantes acudieron a expresar que desconocían en qué momento se había agregado la frase que descalificaba la política cultural actual, por tanto desautorizaban su firma. Es importante resaltar que desde el mes de noviembre de 2012, recién iniciada la actual administración, en la Secretaría de la Cultura y las Artes se alentó la conformación de una “Alianza Cultural”, que coordina el prestigiado artista y exitoso empresario Mario Esquivel Ríos, de la que forman parte algunos de los firmantes de los oficios y de que, hasta donde pude investigar, los beneficios de esa alianza se han mantenido sin distinción alguna, sobre todo en el Festival de Teatro “Wilberto Cantón”, de agosto pasado, donde participaron muchos de los firmantes, lo que manifiesta la voluntad de diálogo de las autoridades y la buena relación que se mantiene con la mayoría de los autodenominados independientes. Y fue en la rueda de prensa para presentar dicho festival (02/07/2013) en la que el titular de la SEDECULTA, acompañado de directivos de grupos de teatro y danza de más de 30 municipios, precisó que la rectoría de la política cultural por ley le corresponde a la SEDECULTA, que el trabajo escénico rebasa la geografía de Mérida, que el proyecto cultural y el nuevo modelo de gestión para el desarrollo cultural era amplio e incluyente y que se hacía una invitación para trabajar con todos los grupos artísticos del estado, sin distinción, pero con respeto a la autoridad y a los artistas (Por Esto 04/07/2013). Desde mi punto de vista, a mí me quedó claro que el mensaje era una convocatoria incluyente, y que la actividad teatral era patrimonio de todos y no de un grupo. Que los grupos de teatro y danza de los municipios son un dinámico segmento cultural que se identifica con la política cultural del Estado y así lo manifestaron sus representantes, presentes en ese acto. El 16 y 23 de julio, continuaron las reuniones en las sedes de “Tumakat” y Foro alternativo “Rubén Chacón”, respectivamente, a las que asistió el Jefe del Departamento de Teatro de la SEDECULTA, que permitieron hacer aclaraciones y continuar con la comunicación. Durante el mes de agosto pudimos corroborar de que se realizó con éxito total el Festival de Teatro “Wilberto Cantón”, en donde las obras que se presentaron lo hicieron sin ningún contratiempo, demostrando la calidad de todos los participantes. En ese festival tuvieron participación destacada quienes se han autodenominado independientes. Apreciamos que, en ese ambiente de comunicación y diálogo, llamó la atención otra sorpresa. El fin de semana de las fiestas patrias en Yucatán, se presentó una producción de Lourdes Luna en el teatro Peón Contreras. Desde la función del sábado 14 intentó hacer un pronunciamiento, pero se afirma que debido a la escasa concurrencia (menos de 25 personas) no se atrevió y el micrófono que se observaba en el escenario, previo a la función, esperando ser utilizado, tímidamente fue retirado sin haber hecho uso de él. Fue hasta la noche siguiente, la del 15, cuando no les quedó más que culminar sus planes (los asistentes podían ser contados con los dedos, habían 30 personas como público), pero no fue la señora Luna, sino un caballero, quien respetuosamente se dirigió a una funcionaria de la SEDECULTA que estaba presente y le solicitó que se revisen las tarifas que se pagan por el uso del teatro. Pero una nueva sorpresa llega el día 16 cuando se publica (Diario de Yucatán) que una agrupación denominada “4 de julio”, solidarizándose con Lourdes Luna había redactado un comunicado, el cual el suscrito califica como saturado de hechos falsos, pues todo lo que relatan carece de veracidad. Veamos:
Primera falsedad, que Lourdes Luna había hecho uso de la palabra en las dos funciones y “demando a las autoridades”; en realidad no fue ella y quien habló hizo una respetuosa petición y sólo fue en la función del domingo.
Segunda Falsedad, que entregaron un documento del que no han tenido respuesta y que tres meses después no se había dado un diálogo. Falso, pues las reuniones de diálogo y trabajo se vienen realizando desde mayo, se suspendieron sin causa imputable a la autoridad cultural y se reanudaron después.
Tercera Falsedad, que “desaparece el Otoño Cultural”. Falso, se realizará del 11 de noviembre al 11 de diciembre de este año y la convocatoria se dio a conocer el 10 de septiembre pasado (Por Esto 11/09/2013).
Cuarta Falsedad, se pide que se construya una agenda incluyente en materia de cultura como si no existiera. Falso que no exista, cuando en este texto demuestro que en el caso de esta asociación de teatro se ha venido trabajando en conjunto y con hechos como fue el Festival de Teatro recién realizado y sólo quienes tienen otros intereses han intentado que se desaliente el trabajo entre los artistas y la SEDECULTA. Para ejemplo de la agenda cultural dada a conocer: más de 2 mil artistas participaron el Festival de la Primavera, más los 300 que participaron en el festival de teatro y las más de 30 instituciones de educación superior que son sedes de actividades culturales convocadas por el estado a través de la Alianza Cultural y los más de 30 municipios que están integrados con sus grupos de teatro y danza al proyecto cultural estatal, más los jóvenes que se están formando en la Escuela Superior de Arte, en el CEDART y en el Centro Estatal de Bellas Artes, todos ellos están participando en la agenda cultural del estado, así como los centros culturales privados como “Dante”, “Amaro” y los alternativos como el “Rubén Chacón”, “La Rendija”, “Murmurante”, “La Camarita” y demás. Todos están trabajando con profesionalismo en la agenda cultural de Yucatán. Quinta falsedad, lo que oculta la señora Luna es que ha solicitado no pagar el uso de algún teatro, pero ella sí cobra al público por sus funciones.
Sexta Falsedad, Lourdes Luna ha venido divulgando que es a partir de la actual administración en que se estableció un pago por el uso de los teatros. Falso. Desde tiempo atrás ésta ha sido una práctica común. Al acuerdo de 2013 de estos cobros le antecedió el de 2012 y antes existieron los acuerdos de juntas de gobierno del entonces Instituto de Cultura de Yucatán (ICY), en donde se acordaban las tarifas por teatro, como ejemplo tenemos el acuerdo de la sesión ordinaria del Consejo Directivo del Instituto de Cultura de Yucatán, de fecha 13 de diciembre del año 2006, donde se establece la autorización de renta de los teatros para 2007 quedando de la siguiente manera: Peón Contreras, 30 mil pesos primera función; 15 mil pesos segunda función y 15 mil pesos las subsecuentes. Para el teatro Mérida (hoy Armando Manzanero) 30 mil pesos primera función, 15 mil pesos la segunda función y 15 mil pesos las subsecuentes. Para el teatro Daniel Ayala, 25 mil pesos primera función, 12 mil 500 pesos la segunda función y 12 mil 500 pesos las subsecuentes. ¿Porqué en ese entonces Lourdes Luna no se indignó? La sorpresa final es que Lourdes Luna era funcionaria del área de danza del ICY cuando se aprobaron estas tarifas. ¿Qué hizo entonces por sus “compañeros artistas independientes” para evitar esas tarifas? ¿Porqué ahora viene a manifestar su desacuerdo si cuando fue funcionaria no lo hizo? La sorpresa adicional será cuando usted estimado lector de este artículo se entere cuánto pagó en realidad la señora Luna por dos días de uso del teatro Peón Contreras en fin de semana. Pagó sólo el 25% del total que se debe cobrar y que pagan cualquier escuela o academia de danza de la ciudad. NO es problema de la autoridad de que el día anterior al estreno apenas hubiese vendido 2 (si, dos) boletos, según informes de la taquilla del teatro. En contraste, el día 13 de septiembre se presentó en el mismo teatro el Ballet de la Ciudad de Mérida, con un público que llenó la luneta, plateas y primer nivel del teatro. Eso demuestra que no es un problema de tarifas sino de aceptación del público. Es válido que los grupos de artistas manifiesten sus inquietudes y preocupaciones y la autoridad mantenga el diálogo como hasta la presente fecha, pero que no se manipule la información y se falte a la verdad. Con ese comunicado de solidaridad el grupo “4 de julio” pierde credibilidad ante la sociedad pues avala hechos falsos, que la comunidad artística conoce a fondo y no se deja engañar."
Eso es lo que menciona Gonzalo Manzanilla, que desnuda las aviesas intenciones de los personeros de Renán Barrera, que mansamente se prestaron a firmar algo de lo que no sabían ni jota y que solo signaron porque así se los mandaron. Entre tanto, los trabajadores de la cultura, nos seguimos preguntando que espera la dirección de cultura municipal para mejorar sueldo y condiciones de trabajo a los integrantes de los grupos artísticos municipales y conocer las razones por las que no han sido convocados los Premios Literarios, habida cuenta de tratarse de un programa operativo anual, cuya estructura operativa y financiera ya existía, con el agravante de ser el director de cultura municipal, un escritor, lo que haría de esperar defendiera las actividades de la dependencia a su cargo.
Se sabe que el ayuntamiento rentó en setenta mil pesos el teatro Fantasio. Por tanto, sería conveniente saber para que efecto se verificó esto, toda vez que el ayuntamiento cuenta con las instalaciones del Centro Cultural Olimpo para efecto de presentaciones. ¿Acaso existen artistas privilegiados en el seno del gobierno municipal? Que Irving Berlín informe que fue lo que motivó la renta del Fantasio, para que los demás artistas puedan acceder a apoyos similares. O todos hijos, o todos entenados. Lo que es un hecho, es que uno de los rubros en que peor lo ha hecho el ayuntamiento actual es en Cultura y por eso Renán mandó a sus mercenarios a agredir el trabajo institucional. Era de esperarse, solo se apedrea al árbol que da frutos.
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