Más de Renán

Cualquier persona sensata haría caso del refrán que señala: "ves la tempestad y no te hincas", pero no tratándose de Renán Barrera. En efecto, la soberbia del alcalde de Mérida es tal, que ignora las críticas, desoye a los disidentes y solo hace caso de su coro de focas aplaudidoras, que no deja de prodigarle elogios, ni de quemarle incienso. Las cosas en nuestra ciudad van de mal en peor. En el informe que Humberto Cuá preparó para él, Renán presumió que los servicios públicos de la ciudad han mejorado radicalmente, comparados con la administración que le antecedió, situación en la que el primer edil insistió ostensiblemente, empeñado en demeritarla, no sabiéndose a ciencia cierta los motivos, pero concluyendo muchos a que era de una extracción política diferente. Esta circunstancia es completamente un absurdo, si de plano su trabajo fue tan malo para la ciudadanía, ya que ésta lo advertirá sin problemas. En efecto, la búsqueda del bien común no es la intención de Renán Barrera, su objetivo al tratar de denigrar a toda costa a una administración, que supuestamente hizo todo mal, no es el bienestar de sus conciudadanos, sino aparecer como el hombre providencial, como el mesías, como el salvador de Mérida, en aras de promover su imagen, desesperado como está por intentar hacerse de la candidatura a gobernador del blanquiazul. Lástima que su trabajo no lo ayuda. En efecto, contra todo lo que afirma Renán, su trabajo dista mucho de ser de primera línea: ya diferentes ciudadanos, hartos de las mentiras del primer edil, han hecho llegar a diferentes instancias, entre las cuales se encuentran el Partido Verde Ecologista de México y su presidente en esta ciudad, Orlando Pérez Moguel, gráficas que constituyen pruebas irrefutables de los malos servicios públicos que presta el municipio: calles inundadas por saturación de pozos colectores, baches, luminarias fundidas o que jamás funcionaron, maleza crecida que invade aceras y espacios públicos, basura acumulada, unidades e infraestructura municipal en mal estado y todo un catálogo de calamidades. Por supuesto, el ayuntamiento guarda absoluto silencio al respecto. Pero las cosas no quedan ahí: el alcalde dejó traslucir su preferencia por hacer del diputado local Mauricio Vila su sucesor y no solo le asignó multitud de espacios públicos para una desaforada e innecesaria difusión de su informe de actividades, que implica logros muy cuestionables, sino además al cuantificar el importe de lo erogado por el legislador, trajo consigo dentro del propio Partido de Acción Nacional, el rumor de que fue el ayuntamiento de Mérida, quien entregó al diputado local, el monto para sufragar la publicidad, toda vez que a éste, con todo y su sueldo y prestaciones, le sería imposible costearlo y eso abre otra grave interrogante, toda vez que el alcalde de Mérida con su intervención, desequilibra la competencia interna ya cantada en el blanquiazul, entre el propio Vila, el diputado federal Raúl Paz Alonzo y el director de desarrollo social del ayuntamiento, Salvador Vitelli Macías. Será interesante observar si la actitud del panismo yucateco, a través de su comité municipal y estatal respectivamente, será complaciente de nueva cuenta con Renán Barrera o cumplirán con su deber, de acotar las desatadas ambiciones del munícipe. Como colofón de todo lo anterior, los despidos y el terrorismo laboral injustificado continúan en el ayuntamiento de Mérida: en efecto, desesperado por hacerse de espacio para poder acomodar más lambiscones e incondicionales, Renán Barrera sigue agrediendo a los trabajadores del municipio y sus derechos, sin que a la fecha, haya ninguna marcha de las siete organizaciones sindicales existentes, para exigir respeto a los derechos de sus agremiados, o sin que se realice plantón, bloqueo o protesta alguna para este efecto, situación que no solo sería conveniente para demostrar a los trabajadores que no están solos, sino que permitiría a Renán Barrera demostrar su capacidad de negociación y tolerancia. De tal suerte, el día de ayer, ocho trabajadores más fueron despedidos, sin que mediara explicación ni motivo alguno, de la Dirección de Administración, del área de Conservación y del DIF municipal. Los trabajadores despedidos, ya han recurrido a diversas instancias en defensa de sus intereses. Pero las cosas no quedan ahí: ansioso de acallar las voces críticas, Renán Barrera ha ordenado a sus operadores políticos, amedrentar a quienes lo cuestionen. Así, José Luis Sierra Villarreal, blandiendo su negra fama de ex guerrillero y otros integrantes menores de la jauría, integrantes de asociaciones que se ostentan seudoliberales, intentan amedrentar a quienes ejercemos nuestra libertad de opinión, consiguiéndolo en el caso de Marta Montero, que clausuró su blog y de José Ayala, a quien hicieron sentir que es inútil poner en relieve sus errores e ilegalidades e intentando a base de anónimos, insultos, provocaciones y amenazas veladas, hacernos desistir a otros. Ahí si le falló a Renán: no nos van a callar. La ciudadanía meridana puede contar con nuestra voz, con nuestro apoyo, para denunciar las ilegalidades cometidas desde el ayuntamiento, a nosotros no nos quiebran. Renán Barrera y el ayuntamiento de Mérida, trabajan cada día peor y cometen a diario nuevos errores, arbitrariedades e ilegalidades, continuaremos denunciándolos e intentaremos implementar nuevas estrategias que contribuyan a garantizar el respeto a los derechos de la ciudadanía. Los meridanos pueden tener la certeza de que no están solos en su lucha. Estamos a su completa disposición para cualquier denuncia y para hacer que prevalezcan la verdad y la justicia.

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