Me Engañaron Los Del Ayuntamiento

A pesar de que ya numerosas voces se han elevado, manifestando su indignación por una obra de teatro montada en el local que ocupa la comisaría municipal de Cholul, habida cuenta de ubicarse esta en plena plaza de la comunidad y realizarse a las ocho de la noche, un horario en que la puesta en escena, que incluye desnudos integrales, era visible para hombres, mujeres y niños de la comunidad, que salían de misa o iban al parque y que manifestaron su indignación y su molestia, al comisario de la localidad, por presenciar de manera forzosa un espectáculo que consideraron reñido con la moral y que ofendía su sensibilidad, manifestó el señor Abelardo Canché Cocom, comisario municipal de esa comunidad. Me engañaron los del ayuntamiento, manifestó directamente. Jamás me dijeron de que se trataba el asunto y que la obra contemplaba la realización de desnudos. Solo me dijeron que se trataba de realizar una obra de teatro y para eso hasta retiraron unas bancas que habían en el local de la comisaría. Canché Cocom señaló como responsables de este incidente, a integrantes de la Dirección de Desarrollo Social del ayuntamiento de Mérida, que le solicitaron su apoyo para el montaje de una obra de teatro. La obra de teatro, denominada Bacantes, a cargo de actores de la compañía Teatro de la Rendija, se verificó a las ocho de la noche, en el local de esa comisaría emeritense, que es un local abierto, toda vez que carece de paredes que permiten la visibilidad desde distintos puntos de la plaza, cosa que generó la molestia de los pobladores, que airadamente le manifestaron su disgusto, por una actividad que incluía eacenas de desnudos y diálogos con lenguaje grosero. El comisario reiteró su desconocimiento del contenido de la obra y de que se trataba de una pieza teatral, no apta para todo público. Es más, el personal de la dirección de desarrollo social me solicitó que los apoyara con un ballet, pues carecían de semejante grupo artístico, cosa que hice con un grupo de la comunidad, pero que retiré de inmediato, al percatarme de que se trataba la obra, manifestó. El comisario manifestó su desacuerdo con la obra a Arturo Abreu, funcionario de Desarrollo Social, que manifestó que se le había olvidado informarle. Poco después llegó el director de cultura, Irving Berlín, que dirigió un mensaje. Ya no me prestaré a estas cosas. En adelante, recurriré al regidor Gustavo Espadas, para preguntarle si la obra es apta para toda la familia, antes de permitir que se presente, subrayó Canché Cocom. De esta manera, se demuestra que si existió molestia en la comunidad y no se trata de inventar un problema, tal y como nos cuestionaron algunas personas en redes sociales. Esto no se trata de vindictas personales, ni de inventar conflagraciones, ni de censuras legítimas manifestaciones artísticas, sino simplemente de un tremendo error de parte de la autoridad municipal, que programó un evento artístico si, pero apto solo para adultos, en un lugar y horario inadecuados, exhibiendo no solo una supina ignorancia, sino una absoluta insensibilidad y menospreciando a los habitantes de las comisarías, que no por ser humildes, dejan de tener dignidad. Entendámoslo: la culpa no es de la compañía de Teatro de la Rendija, ellos son actores y viven de su actividad y se la ofrecen a todas las instancias públicas o privadas que estén interesadas en ella. En menor medida es de la Dirección de Desarrollo Social, que es la instancia que establece un circuito de actividades recreativas, que pueden ser de diferente naturaleza, por no tomarse la molestia de averiguar la índole de la obra. La responsabilidad mayoritaria y abrumadora es de Cultura, porque es esta instancia indudablemente a la que se acercó de manera inicial la compañía de teatro a ofrecer sus servicios y la que necesariamente tenía que estar enterada del contenido de la obra y de los requerimientos para su realización. Peor aún, su titular estuvo presente en el lugar de los hechos y dirigió un mensaje a los actores participantes y a la concurrencia. Tampoco es responsable el comisario municipal, que es una autoridad auxiliar, obligada por ley a coadyuvar en las actividades implementadas por el municipio y que evidentemente desconocía la naturaleza del montaje. El comisario, un hombre sencillo, al percatarse de la trama de la obra, se indignó con lo inapropiado de la misma. Reiteramos, no censuramos la actividad teatral, sino lo inapropiado del lugar y la hora. Si la puesta en escena se hubiera verificado en el auditorio Silvio Zavala del Olimpo, en el Centro Cultural Wallis o en Casamata que cuentan con espacios cerrados y en punto de las nueve de la noche, nadie habría puesto el grito en el cielo. Todo es posible cuando se hace debidamente. Es en tal virtud, que exigimos a Renán Barrera la inmediata destitución o la renuncia de Irving Berlín Villafaña de la dirección de cultura del ayuntamiento, porque como titular de la misma, suya es a fin de cuentas la responsabilidad, del atentado contra la sensibilidad y la dignidad de los habitantes de la comisaría de Cholul, que no por ser humildes dejan de ser dignos de respeto. Exigimos la inmediata destitución de Irving Berlín de la Dirección de Cultura del ayuntamiento y exigimos a Renán Barrera respeto a la dignidad de los habitantes de las comisarías de Mérida, tradicionalmente menospreciados por su condición. Accediendo daría muestras de sensibilidad y humildad, dos virtudes que en la actualidad hacen mucha falta al interior del gobierno que le toca en suerte encabezar. Finalmente recordamos al alcalde, la frase de Lichtenberg por la que anteriormente manifestaba particular predilección: Cuando los gobernantes pierden la verguenza, los gobernados pierden el respeto...

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