El Ayuntamiento, Cada Vez Peor

Mucha gente nos pregunta la razón de las críticas constantes al quehacer del ayuntamiento. Otros nos cuestionan respecto de la existencia de rencillas personales que fundamenten los señalamientos a Renàn Barrera. Los jilgueros se limitan a decir que en el gobierno municipal todo es maravilloso, pero las cosas no son asì. Este ayuntamiento va cada dìa peor y es innegable que ha dado la espalda a la gente y traicionado una vez más, la palabra empeñada por el actual alcalde de propiciar una ciudad incluyente y gobernar para todos. Veamos: Continúan los despidos en el ayuntamiento, violentando la indispensable seguridad laboral y económica de los trabajadores. Con total desfachatez a más de nueve trabajadores desplazados indebidamente de sus empleos en la direcciòn de administración, el área de conservación y el DIF Municipal les dijeron que los despedìan porque no había presupuesto para sustentar sus plazas. Irónico: no hay dinero para pagar sueldos, pero si para dar dinero a los consejos de participación ciudadana para festejos y para pagar camionetas de lujo al alcalde. Eso se llama sensibilidad social. Renán Barrera fue cuestionado en un receso de la más reciente sesión de cabildo respecto de la imperiosa necesidad de cancelar la concesión otorgada a Diego García Couturier para la operación de la planta de residuos sólidos, que a la fecha no entra en funcionamiento. Cabe destacar que el sujeto previamente mencionado es un personero de Luis Correa Mena y por esa razón Renán es incapaz de afectar los intereses de su amo, generando un impacto ambiental negativo y poniendo en riesgo la salud de los meridanos. A pesar de lo ordenado por un juzgado de distrito que prohibió al ayuntamiento proseguir con el cambio de luminarias, este proceso continua, según han denunciado diferentes personas que se han puesto en contacto con nosotros. El desacato a la determinación judicial ha acontecido en las colonias Lourdes, García Ginerés e Itzimná. Mata de risa el doble discurso que por un lado dice ser respetuoso de la legalidad y brindar pleno respeto a la ley y por otro lado, la viola bajo el agua, lo que constituye un desacato y esta sumamente penado, pero al parecer eso a Renán Barrera y a sus asesores legales, les importa un soberano cacahuate. Habitantes de comisarías como Dzoyoaxché se quejan de estar en el más completo abandono en materia de servicios públicos: de lo crecido de la maleza, de la falta de un dispensario, de la correspondiente atención médica y medicamentos, de lo deficiente de la iluminación, de los baches, del escaso número de autobuses que llegan a su localidad, sin que la autoridad municipal haga nada para que las cosas cambien y como este botón de muestra, hay muchísimos otros, que demuestran que la atención de los que menos tienen, solo es prioridad para el actual ayuntamiento en el discurso. Hacemos un llamado a los funcionarios de la dirección de salud municipal, a poner manos a la obra para resolver estas carencias y a dejar de grillar y prestar su atención a temas en los que poco o nada conocen como los de cultura. Continua la práctica del nepotismo y el tráfico de influencias en el ayuntamiento y nuevamente se ve inmiscuido el regidor Felipe Duarte Ramírez, quien ha colocado a su sobrino Sergio Duarte como administrador de la Unidad Deportiva de Ciudad Caucel, con un sueldo de tres mil pesos quincenales e incrustándolo en nómina como asimilable. Llama la atención que a ejemplo del alcalde, Felipe incurra en prácticas que anteriormente censurara en otros niveles de gobierno. Sería conveniente conocer su opinión al respecto y saber que tiene que decir. Haciendo un paréntesis, llama la atención que una agrupación que pretende elevar a los altares los sucesos acaecidos el 4 de julio, en los que Renán Barrera y otros propiciaron la confrontación social, ha criticado procedimientos de la Secretaría de Cultura. Más allá de lo solicitado por los satélites del ayuntamiento, valdría la pena preguntarles porque no han exigido al director de cultura municipal, Irving Berlín Villafaña, que convoque a los premios literarios de la ciudad, certamen que hace años no se convoca y se realiza, por el desinterés del ayuntamiento en funciones y la dirección de cultura, lo que es una tremenda verguenza, siendo escritor el titular del área cultural municipal. Renán Barrera y su equipo de colaboradores se han quitado ya la máscara y demuestran que solo les interesa su beneficio particular y proseguir su trayectoria política, valiéndoles un soberano cacahuate las carencias de la comunidad. Esta percha de mentecatos no son panistas, sino oportunistas y si Gómez Morín los conociera, se vuelve a morir de la verguenza. El ayuntamiento de Mérida va cada vez de mal en peor y por eso no dejaremos de denunciar su corrupción y sus deficiencias y proseguiremos participando en todo aquello que sea a favor de la ciudadanía. ¡No nos van a callar!

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