¡Mauricio Vila no Cumple!

Todos recordamos la última campaña a la alcaldía, con los dos únicos candidatos que tenían oportunidades reales de alzarse con la victoria. Mientras uno proponía alternativas para muchas de las necesidades de nuestra ciudad, el otro se limitaba a balbucear incoherencias, relativas al tema del transporte público, que ni siquiera es de incumbencia municipal. Desafortunadamente para nuestra ciudad y sus habitantes, el mejor candidato ganó la campaña, pero perdió la elección y de tal suerte, Mauricio Vila Dosal asumió la presidencia municipal de Mérida, prometiendo seguir la tónica de las buenas administraciones panistas. Huelga decir al respecto, que el último gobierno municipal que cumplió las expectativas ciudadanas de brindar servicios públicos de calidad, fue el de Manuel Fuentes Alcocer, pues con César Bojórquez ya se registraba un declive en tan importante rubro. El gobierno de Renán Barrera Concha fue una seguidilla de errores y un rosario de corruptelas, que pensamos no podría ser superado. Pronto nos daríamos cuenta de lo equivocados que estabamos: con los signos de la soberbia y la prepotencia como referentes, Mauricio Vila y su gobierno, han hecho ver a Renán Barrera como un vulgar aprendiz. La realidad es que Mauricio Vila y su administración, tienen cualquier cantidad de asignaturas pendientes con la ciudadanía: desde los pésimos servicios públicos, que llevan a los desesperados meridanos a protestar, esperando solución a sus demandas en materia de desazolve de alcantarillas y pozos colectores, recoja de basura, bacheo, iluminación, mantenimiento de parques y canchas municipales, vialidad y transporte. Existen importantes pendientes en materia de combate a los Mosquitos, acciones de vivienda, salud pública, regulación del uso del suelo, ambulantaje y espectáculos. Del mismo modo, sorprende el rampante nivel de corrupción en mercados y servicios públicos, que ha llevado a la creación de empresas fantasmas, para justificar el atraco al erario. La obra pública brilla por su ausencia y la poca que hay, se encuentra asignada al constructor favorito. Se habla de irregularidades en Desarrollo Social, la promoción turística es inexistente, la promoción cultural brilla por su ausencia y se limita al refrito de programas heredados de administraciones anteriores. Por si fuera poco, los emblemas de lo pregonado por Mauricio Vila, han caído en absoluto olvido y total descrédito; así, se ha llevado a cabo con completa impunidad la tala de añosos árboles, desmintiendo que el cuidado de la ecología y el medio ambiente sean prioridades para esta administración y por si fuera poco, se amenaza y amedrenta a los panistas, pues todo aquel que no se comprometa a apoyar al alcalde hasta la ignominia, sabe que puede ser despedido en cualquier momento, pues ser panista, no representa para nada un freno para el despotismo de los actuales funcionarios municipales. El alcalde ha olvidado completamente sus promesas; particularmente la que concierne al mejoramiento del transporte público de pasajeros. El alcalde ha olvidado también sus declaraciones iniciales de austeridad y ha convertido el ayuntamiento en bolsa de trabajo para sus allegados; por eso muchos trabajadores que no se pliegan a sus dicterios han sido despedidos. Con una pachorra que aterra, el alcalde se limita a tomarse fotos siempre que puede y a hacer promoción de su imagen, de todos los modos posibles, sobre todo, erogando importantes cantidades en el rubro de comunicación social. Mientras tanto, la ciudad se cae a pedazos y espera llena de pánico, el veredicto de la suprema corte de justicia de la nación, que redundará en una importante afectación a los recursos disponibles. En tanto sucede lo anteriormente relatado, a semejanza de Nerón, Mauricio Vila posa entre las ruinas de la conflagración y se toma cuantas fotos puede, para subirlas de inmediato a las redes sociales y hacer creer a los ingenuos que se está trabajando. El nivel de desastre que impera en nuestra ciudad, es susceptible de resumirse en tan solo cuatro palabras, que tristemente día con día, se van haciendo más familiares para los meridanos: ¡¡¡Mauricio Vila no Cumple!!!