¡Más Impuestos No!

Nuevamente el ayuntamiento de Mérida y en especial Renán Barrera vuelven a morderse la lengua, haciendo todo aquello que anteriormente criticaron con ferocidad. Como nuestros amables lectores podrán recordar, como diputado local Renán Barrera siempre criticó los incrementos registrados en impuestos y contribuciones, argumentando la protección de la maltrecha economía familiar y aduciendo que la gente se negaba a pagar más en materia impositiva, debido a la desconfianza respecto del destino que se daría a esos fondos. Pues como alcalde Renán no lo ha hecho mejor que sus predecesores: ya no hablemos del deplorable estado en que se encuentran las calles de la ciudad, que semejan paisajes lunares acribillados de cráteres, lo mismo que por la obscuridad prevaleciente, ni tampoco hagamos referencia a los pésimos servicios públicos, como en el caso de la recoja de basura o el desazolve de pozos, ni nos refiramos a las queridas incrustadas en la nómina con cargo de subdirectoras, ni a los bisnes realizados por funcionarios públicos o a través de sus hijos, que inventan empresas para ilegalmente proporcionar servicios que por ley les están prohibidos, ni de los contratos de dudosa moralidad signados para favorecer allegados, ni de las dádivas concedidas a integrantes de diversas agrupaciones seudociudadanas, independientes y apartidistas, sino hablemos de los impuestos que desde que entró Renán Barrera a ocupar la presidencia municipal, no paran de subir. Mención especial merece el impuesto predial, que nuevamente experimentó un aumento de 3.5 por ciento y que representa una importante cantidad de recursos que serán inyectados a las arcas municipales, que arrancan con un presupuesto de más de dos mil quinientos millones de pesos, sin considerar participaciones federales. El ayuntamiento ha presumido la cantidad de recursos captados por este concepto, que implican incluso descuentos por mora y rifas de diversos artículos, lo curioso es que si se logra tal cantidad de ingresos y se cuenta con una administración austera, honrada y eficiente, no se entiende por lo mismo, la necesidad de la contratación de créditos. Sorprende un impuesto que al más puro estilo de Antonio López de Santa Ana, Renán Barrera se saca de la bolsa, consistente en un cobro que deberá pagarse a la perrera municipal, a efecto de rescatar canes extraviados, que de otra manera, serán sacrificados. Es menester puntualizar que la perrera municipal es una instancia que trasunta un terrible tufo a corrupción: se habla de que los animales de raza que caen ahí son vendidos y que las condiciones sanitarias que en ella imperan no son de lo mejor. También es preciso mencionar que los propietarios de los animales extraviados que recalen en la perrera, no solo deberán pagar el rescate de sus animales, sino también el costo de lo consumido durante su estancia. Una medida tan pioja, que huele a Renán Barrera a kilómetros a la redonda. ¿Que va a hacer Renán con tanto dinero?, ¿Presumir que el ayuntamiento tiene dinero en caja para que los ingenuos crean que sus funcionarios son muy honestos, cuando en realidad son unos ineptos que no saben ejercer adecuadamente los recursos de que disponen?, ¿Contratar nuevos préstamos argumentando que la administración anterior le dejó el ayuntamiento quebrado y los recursos son insuficientes y hay situaciones de emergencia que lo justifiquen? Habrá que ver... Lo que es un hecho innegable, es que la ciudadanía reprueba las alzas registradas en los impuestos, aprobadas por una administración municipal ineficiente e inepta, que no ha sido capaz de cumplir nada de lo que prometió, específicamente en lo concerniente a la honestidad administrativa y en brindar los servicios de calidad que ofreció en campaña. Los recursos le llegan a manos llenas a Renán Barrera, pero éste no es capaz de cumplir su obligación con atingencia. Resignados a tener un gobierno gris y mediocre, fiel reflejo de la personalidad del alcalde, es preciso que el gobierno municipal en turno entienda el enojo de la gente, que desaprueba cualquier incremento y con mayor razón, si no se refleja en su beneficio. Entiéndelo Renán: ¡NO MÄS ALZAS!