Candidaturas de Unidad, Veneno Para la Democracia
Presumen los panistas que una de las mayores riquezas que posee Acción Nacional es su democracia interna, que permite a partir de procesos electorales realizados al interior del referido organismo político, elegir a los mejores hombres y mujeres para postular a los diversos cargos de elección popular, a efecto de que no sólo la sociedad pueda sentirse bien representada, sino que ésta pueda contar con las mejores herramientas para hacer posible la búsqueda del bien común. Al menos esto es lo que dice la teoría.
La realidad es que los postulados ideológicos del panismo son de una belleza inconmensurable, o por lo menos lo eran hasta hace algún tiempo, porque desde que llegó Ricardo Anaya a la presidencia del blanquiazul hasta la fecha, las cosas han cambiado sustancialmente.
En la actualidad en el PAN se habla de unidad en todo momento y aquí es preciso entender la unidad, no como la suma de todos los militantes y corrientes que integran el referido organismo, a favor de lo mejor de sus causas, sino como la ausencia de procesos electivos, para favorecer a los candidatos designados por la cúpula partidista. Esto, dicen muchos en voz baja, definitivamente no es una conducta propia del panismo.
Aquí es menester recordar que los discursos tanto del dirigente estatal, Raúl Paz Alonzo, como del municipal, Chucho Pérez Ballote, van siempre encaminados a privilegiar la unidad partidista, haciendo vehementes llamados a la generosidad, léase a transigir a su favor, a cambio de algún premio de consolación.
Si tomamos en cuenta la manera en la que tanto Paz Alonzo como Pérez Ballote se han conducido para la renovación de las diferentes instancias partidistas, podemos abrigar los peores augurios respecto de la manera de definir las candidaturas a las diversas posiciones de elección popular y de carácter plurinominal, siendo más que claro que prevalecerán la imposición y el dedazo y que las diligencias partidistas de cualquier nivel, tratarán a toda costa de evitar la contienda interna.
Cabe aclarar que el escenario anterior se antoja complicado, dada la cantidad de posiciones en disputa y el número de aspirantes de los diferentes grupos, interesados en salir favorecidos, por lo que se antoja altamente complejo poder conciliar todos los intereses en conflicto.
Además de lo anterior, eliminar la competencia interna y definir todas las candidaturas en disputa, a través del método de la designación, implica el riesgo de que algún inconforme no transija en avenirse a las determinaciones de la dirigencia y se decida a cruzar la calle, para alinearse con el bando de enfrente, abriendo un boquete en la estructura partidista, con los resultados adversos de pronóstico, tal cual ha ocurrido en ocasiones anteriores, con diversos actores políticos.
Los defensores de las candidaturas por designación, aseguran que de esta manera el partido no se desgasta y la militancia no se divide, pero sus opositores afirman que envenena y asesina la tradición democrática, característica de Acción Nacional. Por el bien del panismo y de los panistas, se antoja que lo mejor en estos casos es apegarse a los usos, costumbres y tradiciones en boga. Querer innovar a las puertas de un proceso electoral tan competido, podría traer como consecuencia una catástrofe electoral de dimensiones incalculables.
El punto debatible es que en la actualidad en el PAN la dirigencia aparentemente esta empeñada en imponer candidatos a modo, vulnerando con esto la tradición democrática de siempre, que es la esencia misma de la vida partidista y Yucatán no es la excepción, siendo Raul Paz Alonzo y Jesús Pérez Ballote, los principales promotores del dedazo en nuestra entidad. Para colmo de males, es bien sabido que las designaciones o dedazos, están diseñados para favorecer aspiraciones con nombre y apellido y no para contribuir a la falacia de unificar al partido y fortalecer las posibilidades de triunfo de sus candidatos. De este modo, es posible darse cuenta que el dedazo favorece los proyectos apadrinados por Raul Paz y Mauricio Vila, que han secuestrado al partido e intentan hacer lo mismo con las candidaturas, favoreciendo específicamente los proyectos apadrinados por ambos, que implican la candidatura a gobernador de Mauricio Vila y para la alcaldía de Cecilia Patrón Laviada.
Nos preguntamos si la militancia albiazul esta tan domesticada como para permitir y tolerar la imposición y el capricho, tan alejados de su vocación de libertad democrática. Nos cuestionamos si podrán Paz Alonzo y Pérez Ballote salirse con la suya y terminar de pervertir al panismo, convirtiéndolo en un engendro, completamente distinto a la institución por la que lucharon sus próceres. Muy pronto conoceremos la respuesta. Cuestión de tiempo para saber que pasará.
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