Muchos nos preguntamos al ver lo sucedido al interior del Partido de Acción Nacional y la situación prevaleciente en el ayuntamiento de Mérida, si las cosas iban a seguir así ad infinitum, si no habría alguien decidido a poner punto final a las trapacerías de Mauricio Vila y su pandilla y la espera concluyó: ha saltado al ruedo Joaquín Díaz Mena y su sola presencia basta para poner nerviosos al alcalde de nuestra ciudad y sus asesores.
En primer lugar porque el actual comandante en jefe de las aspiraciones de Mauricio Vila, Roger Torres Peniche, sabe lo que es morder el polvo ante el equipo de campaña del oriundo de San Felipe, un equipo que puede constituirse en una bien aceitada maquinaria de hacer proselitismo, que probó su eficacia, desbancando a una Sofia Castro que ya se sentía candidata a gobernadora y humillando la soberbia de su jefe de campaña, que exhortaba al equipo de su rival a darse por vencidos (ya sabemos no sólo de quien se trata, sino también cuáles fueron los resultados).
Huacho Díaz pone a castañetear los dientes del clan Vila, porque a diferencia de un alcalde soberbio, distante e insensible, el hoy diputado federal es carismático, afable, sencillo y de gran sensibilidad social, situación que es notoria en cualquier lugar al que lleguen uno y otro. Vila no despierta emoción alguna, en tanto que Huacho logra poner efervescente a su audiencia.
Además de lo anterior, el primer edil meridano, es un ilustre desconocido en el interior del estado, a pesar de los esfuerzos desplegados al respecto por Roger Torres y Cecilia Patrón. En tanto que Diaz Mena posee una bien trabajada estructura basada en el apoyo de legisladores y alcaldes, que son liderazgos naturales de sus respectivas zonas de influencia.
Si bien es cierto que Mauricio Vila cuenta con el apoyo económico de un importante grupo de empresarios a los que ha beneficiado y cuenta también con los recursos que aportan los bisnes y negocios mal habidos y de dudosa legalidad operados desde el ayuntamiento de Mérida, en lo referente a permisos de uso de suelo chuecos, ambulantaje, construcción y mantenimiento de calles y parques, es menester mencionar que al menos seis de los recientes gobernadores electos son amigos del actual legislador federal, al que pueden dar por hecho que dinero no le va a hacer falta.
Para concluir, la diferencia también radica en el equipo de campaña, donde si bien Vila cuenta con Torres, Sergio Chan, Edgar Ramírez y Cecilia Patrón, Diaz Mena no le va a la saga con Omán Pérez, Eduardo Medina, Domitilo Carrillo, el popular Musu y muchos otros liderazgos, independientemente de contar con un ejército de tierra fogueado en la campaña y con enorme capacidad de sacrificio.
Mauricio Vila todavía intentará negociar, tal y como acostumbra, con su estrategia basada en la traición, el chantaje y el maridaje que mantiene hasta hoy con Raul Paz, pero cuidado que el equipo de Díaz Mena es una auténtica agrupación de termitas, que acostumbran desgastar lentamente al rival hasta que lo acaban y eso es lo que pasará con las huestes de Vila, integradas por mercenarios sin moral, que ignoran lo que es gastar suela, sudor y saliva. Inexorablemente la migración a las filas huachistas se incrementará y con eso, el propio Raúl Paz cambiará su percepción y pagará a Vila con la misma moneda con que éste le pagó cuando el escándalo de Puerto Vallarta.
Pobre Mauricio, pobre Roger, sus sueños de poder y de riqueza comienzan a desvanecerse desde ahora, con la simple mención de Joaquín Díaz Mena que ha hecho pública su intención de contender nuevamente por la candidatura a gobernador. Se vale llorar...
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