Extraviado y Sin Rumbo

Ya nada nos extraña del ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, es más que evidente que anda extraviado y sin rumbo. Sin aalguien que marque claramente directrices. La realidad es que ésto debiera hacerlo el alcalde, pero Renán anda tan inmerso en sus ambiciones políticas y sus bisnes, que no le queda tiempo para ocuparse de las necesidades de los meridanos. Por principio de cuentas y tras conocer el proyecto de carnaval municipal, que pretende ser de caracter temático, como Disneylandia señalaron los seguidores a sueldo del alcalde, pudimos percatarnos de que resulta carente de coherencia y que no contempla los aspectos de limpieza, atención a la salud y emergencias en el público, ni de seguridad. Hacemos votos para equivocarnos, pero mucho tememos que los resultados no solo serán poco halagadores, sino que serán francamente negativos. Seguidamente, no podemos dejar de consignar el modo en que Renán Barrera festejó a partir de una publicación que realizó en Twitter, la decisión del senado de pemitir la reelección de alcaldes y legisladores. La situación nos pone a temblar, porque aparentemente Renán Barrera buscaría proseguir su mal gobierno por espacio de tres años más, cosa que le permitiría continuar los bisnes y prsoseguir forrándose de dinero, en aras de no solo no tener una figura que le genere competencia en captar la atención pública, sino de no requerir que nadie le cuide las espaldas, toda vez que confía en tras los periodos consecutivos al frente de la administración municipal, poder ganar sin problemas, las elecciones interna y externa a gobernador del estado. Además de lo anterior, la frondosa mata de la opacidad, que ha sido estimulada y regada en esta administración, sigue dando nuevos frutos, pues se desconoce el destino de 1.2 millones de pesos donados por la empresa BEPENSA para la construcción del llamado Parque Activo, irregularidad sobre la que el instituto Municipal del Deporte y su titular, Jesús Aguilar, guardan sospechoso silencio, lo mismo que el alcalde y el resto de la administración municipal. Por otro lado, nuevamente el ayuntamiento de Mérida se exhibió como un club de cuates y una agencia de colocaciones de carácter político, con la reubicación de Juan Gabriel Chan Dib, quien fuera subdirector de gobernación, que al descubrirse que falsificó firmas en gafetes de la dependencia, en vez de ser despedido por la evidente falta de probidad, fue transferido como jefe de protección civil a la dirección de servicios públicos municipales. Nuevamente los regidores de oposición han puesto el grito en el cielo, por las diversas irregularidades que presentan las licitaciones convocadas con el ayuntamiento, que calla vergonzosamente ante los señalamientos realizados respecto de que la falta de claridad en las fechas para disponibilidad de las bases, juntas de aclaración, presentación de proposiciones y apertura técnica y apertura económica, no abonan a generar certeza de apego a la ley, ni en lo referente a la transparencia y rendición de cuentas. Por último, pudimos enterarnos del Plan B de Renán Barrera por si no es posible reelegirse en la alcaldía: apoyar irrestrictamente a Mauricio Vila, a lo que se ha sumado gente como Roger Torres, Raúl Arceo y Ana Rosa Payán, tratando de bajar a toda costa al que se considera es hasta este momento, el que lleva la ventaja en la competencia interna, Raúl Paz, cuyo operador financiero es Rommel Uribe, a través de una consistente campaña publicitaria, que lo presente como violento y dominado por diversos vicios y adicciones, considerando que el otro aspirante, Salvador Vitelli esta liquidado desde ahora. El plan de Renán contempla posicionar en primer lugar a Vila, para que toda vez que esto ocurra, negociar con él y convencerlo de aceptar una diputación federal pluri, habida cuenta de su juventud y con el pretexto de la implementación del método de la encuesta, en vez de la elección interna para no competir y consecuentemente no seguir fracturando ni dividiendo a la militancia, imponer como candidato a la alcaldía, al Chopi, Mario Martínez Laviada, una figura dócil y manejable, aunque esto implicara el riesgo de un revés ante el tricolor. El ayuntamiento de Mérida ha extraviado el rumbo y no busca el bienestar colectivo, sino la satisfacción de las ambiciones de diverso tipo de sus integrantes y no descarta nada: ni la traición a los ideales y militancia, ni la derrota y consecuente entrega del gobierno a sus adversarios, con tal de lograr los objetivos de Renán Barrera. Bien dicen por ahí algunos analistas, que los panistas mientras más compiten internamente, más se dividen y más se odian. Mérida y sus habitantes se merecen algo mejor...

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