Endiosados

Es lamentable lo que ocurre en el ayuntamiento de Mérida, donde campean la sinrazón, el amiguismo, la soberbia y la corrupción. Están endiosados, nos comentaba un alto funcionario municipal en relación a Renán Barrera y sus allegados. Creen que lo están haciendo muy bien, que tienen a la ciudadanía contenta y al panismo satisfecho. Nada más falso. A ello han contribuido las gentes de algunas asociaciones (suponemos cuáles) que no dejan de quemar incienso y que no paran de alentar las aspiraciones futuristas. En el ayuntamiento todo son fanfarronadas, nos decían. La gente del primer círculo (la más cercana al alcalde), sostiene inflamada de orgullo, que el gobierno del estado ha entrado a trabajar a Mérida, porque Rolando se muere de miedo ante la posibilidad de que el mejor de sus gallos enfrente a Renán Barrera y se las deba de ver con la capacidad de operación de su equipo. Escuchar semejante disparate, para quien conoce un poco la realidad política y la capacidad operativa de ambos equipos, es cuestión de risa. Deveras están convencidos de que van muy bien, nos reiteraban y contribuye a reforzar esa confianza la exitosa negociación que Renán tuvo con Gustavo Madero, virtualmente reelecto dirigente nacional del PAN, con quien ya acordó que recibirá la diputación pluri del CEN del blanquiazul, situación que le brinda tranquilidad absoluta, pues no solo le garantiza fuero y virtualmente impunidad por tres años, pues tendrá de este modo cubiertas las espaldas, sino que coadyuva semejante circunstancia, a garantizarle relaciones y recursos que le serán valiosos, para intentar hacerse de la candidatura del blanquiazul a la gubernatura en 2018. Por eso, en mérito del acuerdo con Madero, se acordó que Renán ocupara la dirigencia nacional de la asociación de municipios panistas, en aras de reforzar su imagen, que está ya muy desgastada, debido a los numerosos y constantes señalamientos hechos a su administración, nos indicaron. Con lo que no cuentan es que probablemente con la agrupación nacional suceda lo mismo que cuando Renán estuvo al frente de la agrupación estatal de municipios panistas: nada... A grado tal, que algunos municipios se salieron de la asociación, pues no recibían ningún beneficio y si en cambio, les solicitaban constantemente recursos. La realidad es que el ayuntamiento va de mal en peor y sus integrantes solo piensan en su beneficio, ya sea allegándose ganancias de manera lícita o no, o intentando continuar con sus carreras políticas. Renán sabe que carece de carisma y de capacidad de convencimiento y basa sus aspiraciones en la posibilidad de poder comprar el mayor número de conciencias posibles. Le tiene terror a encontrarse con Huacho Díaz en una interna, pues sabe que ante la simpatía y don de gentes del oriundo de San Felipe, será inevitablemente arrollado, asi que tratará a toda costa y a base de toda clase de ardides, legales o no, de hacer naufragar las aspiraciones de quien ya se perfila como su seguro contrincante. Por tal motivo, desde el inicio en el ayuntamiento, se dieron instrucciones de parte del alcalde de bloquear a cualquier persona que simpatizara o fuera identificada como parte del grupo del ex aspirante a la gubernatura, pues ya lo veían como posible rival a vencer. De igual modo, desde el primer día de haber entrado en funciones este ayuntamiento, ya se hablaba de las aspiraciones de Renán a la candidatura a gobernador, nos recalcaron. Renán Barrera representa lo peor que tiene el Partido de Acción Nacional. Es más, escasamente representa los ideales y principios panistas. Significa eso sí, la corrupción, las prácticas y los vicios, que los verdaderos panistas desearían erradicar del referido instituto político. Sus desbocadas ambiciones lo único que demuestran es el tamaño de sus temores y su debilidad. De nosotros los ciudadanos depende que no lleguen a buen puerto, pues ya sabemos como se las gastan y que en nombre de la honestidad, incurren en la corrupción más insultante. Es menester recordarle al todavía alcalde, un aforismo que repetía de manera recurrente como diputado y que sin duda alguna, ahora no ha ni de querer escuchar: cuando los gobernantes pierden la verguenza, los gobernados pierden el respeto...