Nada Personal

La politica no es un ejercicio para lograr vindictas personales, por el contrario, implica la búsqueda constante y cotidiana del bién común. Por tanto, cuando sea menester hacer juicios de valor respecto de la actuación de alguno de sus protagonistas, debe analizarse el quehacer del personaje en cuestión y no involucrarse a sus familiares o a los integrantes de su entorno. Lo contrario, es bajo, vil y cobarde, además de reñido con la buena educación y las reglas de la caballerosidad. Cuanto se haga en la vida privada, a la que todo ser humano tiene derecho, más allá de la condición de servidor público, es del único y exclusivo interés del multicitado personaje y no es de buena guerra, hacer mención de sus hábitos, costumbres o aficiones, (o los de su grey), siempre y cuando éstos, no tengan repercusión en asuntos de orden público. De tal suerte, las críticas formuladas a Renán Barrera, en cuanto a su desempeño como alcalde de Mérida, se han concretado a su actuar y no poseen connotaciones personales, que afecten su fama pública o peor aún, su entorno familiar, que reconocemos y respetamos, como sagrado. Pero cuando el funcionario público, en aras de una ambición y una soberbia desmedidas, involucra a sus familiares en asuntos indebidos, que implican disposición de dinero público, el asunto adquiere otra connotación y nos vemos obligados a señalar las irregularidades. Nos referimos por supuesto, al viaje a Europa realizado por el director de desarrollo económico del ayuntamiento, Luis Felipe Riancho Cámara, la subdirectora de Turismo, Petite Lizarraga y la jefa de promoción turística, Roxana Quintal, a los que se adicionó indebidamente a la esposa del alcalde, Diana Castillo Laviada, en un acto propio de un alcalde de pueblo bicicletero, ansioso de tener lo que jamás había podido y no acorde a la investidura del presidente municipal de una ciudad como la nuestra. La presencia de la consorte del alcalde, obedeció dicen las fuentes oficialistas, a la necesidad de llevar la representación de su marido. Nos preguntamos: ¿Para que fueron entonces los otros funcionarios?, ¿Tan inepto o estólido es Luis Felipe Riancho o lo es Petite Lizarraga que no podían representar dignamente al primer edil? Tristemente la presencia de la consorte del munícipe, nos hace suponer que realizaba un viaje de placer o de recreo y que no iba en comisión de trabajo. Lo anterior, más allá de considerar que el cargo que ostenta como presidenta del DIF, es de carácter honorario. Lo peor es que de acuerdo a información proporcionada por la Unidad de Acceso a la Información, el costo de los pasajes, viáticos y hospedaje, fue sufragado con fondos provenientes de las arcas municipales, lo que no solo es completamente indebido, sino configura un ilícito. Más aún, tuvo que pagar el ayuntamiento un documento de carácter personal, de alguien que no era funcionario público, por haber estado vencido el pasaporte de la señora Castillo y por fuerza requerirse renovarlo. Mal hace Renán Barrera en involucrar a su familia en sus enjuagues, peor aún es que la señora Castillo acceda a prestarse a ello. Saludamos y aplaudimos la iniciativa del regidor Luis Castillo, de querer transparentar lo relacionado con el uso de los recursos públicos. Lo exhortamos a no cejar, hasta que no se tomen las medidas legales correspondientes, si hubiera responsabilidad de algún funcionario municipal. Pasando a otro asunto, recientemente, a través de redes sociales, alguien, utilizando un nombre supuesto (Jorge Barrera) realizó imputaciones, algunas atinadas y otras injuriosas, al doctor Alfonso Peniche Manzano y al regidor Felipe Duarte. El doctor Peniche, amigo nuestro (así lo suponemos) se comunicó para reclamarnos las publicaciones, como si fueran de nuestra autoría. Le recordamos al doctor Peniche, que en su oportunidad, le pedimos reflexionar respecto de la conveniencia de aceptar un cargo público, dada su calidad de integrante de una organización "ciudadana y apartidista", que le hicimos ver los alcances y consecuencias legales de dar en arrendamiento su propiedad al ayuntamiento e incluso, le esternamos nuestra opinión respecto de formar una nueva agrupación, en la que estaría acompañado de personajes notoriamente desprestigiados. Reiteramos: todo lo anterior, antes de que se materializaran loa hechos antes mencionados. Inclusive recalcamos, que si bien la legalidad de estos actos era debatible, nos parecía que definitivamente eran carentes de ética. Insistimos: no utilizamos trolls ni seudónimos. No formulamos opiniones o comentarios que no firmemos. Siempre damos la cara. Así lo hemos hecho siempre, con funcionarios del nivel y el partido que sea. No hay distinciones. Si anteriormente a mandatarios de otro nivel de gobierno, los criticamos, acompañando todos sus actos u omisiones hasta el último día que estuvieron en funciones, señalando lo que creímos indebido, ratificamos que Renán Barrera puede esperar lo mismo. Seremos la piedra en el zapato. Nada nos callará. Reiteramos nuestro compromiso con nuestra ciudad y sus habitantes, pese a quien le pese y caiga quien caiga. Finalizamos recordando a nuestros amigos, que una cosa es la amistad, vínculo sagrado entre las personas y otra muy diferente la complicidad. No nos hemos arriesgado, ni puesto en peligro nuestra integridad y patrimonio, para venderlos por treinta monedas. Pero no somos traidores y decimos siempre las cosas de frente. Los buenos amigos se hieren con la verdad, para no asesinarse con la mentira...

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