Luna Fúnebre
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida,
se mira su sonrisa rígida,
como cadáver yerto en la plancha;
Debo decirlo:
la luna se mira extrañamente pálida;
y su palidez es tal,
que hasta espanta;
muestra además la turbia melancolía de los vampiros
y la cruel soledad de los fantasmas.
Debo decirlo:
la luna se mira extrañamente pálida,
tienen sus ojos una ternura que vacila
y su rostro está infectado de nostalgia.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida,
Sabe Dios si la martiriza la cabeza
o si la está matando la garganta.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida
y de sus cejas se cuelgan las ausencias;
y se confunde el llanto en sus pestañas.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida,
cada pisada suya tiene un aire a luto;
y un eco fúnebre desgarra la cadencia
de su voz y carcajadas.
Debo decirlo:
la luna tiene hoy un silencio a funeraria,
donde las horas y el tiempo se suicidan,
donde las mismas oraciones fallan.
Debo decirlo:
la luna hoy se mira extrañamente pálida
y su dolor es un misterio que blasfema
y su amargura tan pesada como lápida.
Debo decirlo:
la luna hoy se mira extrañamente pálida
y no hay remedios que la alivien,
ni tratamientos que sueñen con curarla.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida
y viaja herida por el frío de la muerte
y va flotando con parsimonia,
como lo hace un ataúd, dentro del agua...
la luna luce extrañamente pálida,
se mira su sonrisa rígida,
como cadáver yerto en la plancha;
Debo decirlo:
la luna se mira extrañamente pálida;
y su palidez es tal,
que hasta espanta;
muestra además la turbia melancolía de los vampiros
y la cruel soledad de los fantasmas.
Debo decirlo:
la luna se mira extrañamente pálida,
tienen sus ojos una ternura que vacila
y su rostro está infectado de nostalgia.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida,
Sabe Dios si la martiriza la cabeza
o si la está matando la garganta.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida
y de sus cejas se cuelgan las ausencias;
y se confunde el llanto en sus pestañas.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida,
cada pisada suya tiene un aire a luto;
y un eco fúnebre desgarra la cadencia
de su voz y carcajadas.
Debo decirlo:
la luna tiene hoy un silencio a funeraria,
donde las horas y el tiempo se suicidan,
donde las mismas oraciones fallan.
Debo decirlo:
la luna hoy se mira extrañamente pálida
y su dolor es un misterio que blasfema
y su amargura tan pesada como lápida.
Debo decirlo:
la luna hoy se mira extrañamente pálida
y no hay remedios que la alivien,
ni tratamientos que sueñen con curarla.
Debo decirlo:
la luna luce extrañamente pálida
y viaja herida por el frío de la muerte
y va flotando con parsimonia,
como lo hace un ataúd, dentro del agua...
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