Calumnias y Cuentos
No es la soledad,
en estos raros tiempos,
un fenómeno;
no es la soledad,
por más que lo expliquemos,
algo insólito:
la soledad es como un virus
que entra por los ojos,
de pronto se nos sube a las rodillas
y trepa hasta las cejas,
nos deja atónitos,
al meterse a la cocina
y llegarnos hasta el gorro...
La soledad,
es una imprecisión existencial
fuera de tono,
que nos resta la sonrisa dicen;
y va matando todas las ganas de vivir,
hasta volvernos locos...
La soledad se instala en la existencia,
paciente como un monstruo,
que asusta cuando ruge
e intimida con su porte ominoso;
y sin embargo,
detrás de las calumnias
y cuentos del demonio
que suelen achacarle,
la soledad es también
la dicha y el reposo;
y más que nada, la tranquilidad.
Es curioso:
para el poeta, la soledad
no significa enlutar el corazón,
sino poder sentir el gozo,
indefinible e inaudito,
que en el alma nos propicia
estar solo...
en estos raros tiempos,
un fenómeno;
no es la soledad,
por más que lo expliquemos,
algo insólito:
la soledad es como un virus
que entra por los ojos,
de pronto se nos sube a las rodillas
y trepa hasta las cejas,
nos deja atónitos,
al meterse a la cocina
y llegarnos hasta el gorro...
La soledad,
es una imprecisión existencial
fuera de tono,
que nos resta la sonrisa dicen;
y va matando todas las ganas de vivir,
hasta volvernos locos...
La soledad se instala en la existencia,
paciente como un monstruo,
que asusta cuando ruge
e intimida con su porte ominoso;
y sin embargo,
detrás de las calumnias
y cuentos del demonio
que suelen achacarle,
la soledad es también
la dicha y el reposo;
y más que nada, la tranquilidad.
Es curioso:
para el poeta, la soledad
no significa enlutar el corazón,
sino poder sentir el gozo,
indefinible e inaudito,
que en el alma nos propicia
estar solo...
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