Enemigo Del Pueblo

Durante su campaña Renán Barrera prometió el oro y el moro. Ofreció toda clase de cosas: desde servicios públicos de primera, hasta fincar responsabilidades a quienes le antecedieron en el gobierno municipal. La realidad es que muy poco o nada ha cumplido y mucho menos son aquellos que pueden asegurar que el alcalde es un hombre de honor, que sabe honrar su palabra y cumplir sus compromisos. Conforme ha ido transcurriendo el tiempo de su periodo, cada vez son más el número de ciudadanos que por una u otra causa manifiestan su preocupación y descontento con la manera de gobernar del alcalde. Cada vez son más los ciudadanos que se quejan del estado de las calles de la ciudad, de la calidad de los servicios, de la honestidad con la que se conducen el alcalde y sus colaboradores y en general, cada día son más los desencantados con la administración municipal en turno. Tal es la historia acontecida en la Colonia Melitón Salazar, en lo que fuera la zona de tolerancia, lugar donde para variar, Renán Barrera, ávido de granjearse la buena voluntad de los vecinos, ofreció dotar a la colonia de un parque con más juegos infantiles, más amplio y mejor iluminado. En cambio los colonos aseguran haber recibido un parque con juegos oxidados, inseguro y sin luz. Los colonos de diversas formas trataron de hacer sentir su descontento y de exigir, a través de la instancia adecuada (servicios públicos municipales) su inconformidad con el orden de cosas prevalecientes. La instancia municipal afirma haber cumplido el gobierno con la palabra empeñada, toda vez que afirma haber realizado labores de mantenimiento en el referido parque, con una inversión de más de 94 mil pesos. Los trabajos consistieron en la instalación de resbaladilla, balancín, pasamanos y columpios, malla ciclónica, postes y pintura de las canchas de basquetbol y volibol. Afirma la dependencia que también se realizaron otros trabajos de pintura, de colocación de bancas y postes para luminarias. Los vecinos ante el descaro de las autoridades, que ni caso hacían a las quejas de los habitantes del populoso rumbo, decidieron arrancar los juegos en mal estado y utilizarlos para bloquear las calles, a manera de protesta y de presión, para presionar al alcalde a cumplir sus ofrecimientos. Manifestaron su voluntad de cerrar las calles, hasta que tal cosa ocurriera. Contra todo buen sentido, en vez de apersonarse o enviar a alguien a mediar y tratar de paliar el legítimo descontento de los vecinos, Renán Barrera optó por el camino más fácil: conducirse con soberbia. De tal suerte, la dirección de gobernación municipal anunció que interpondría contra los responsables de arrancar los juegos infantiles, las querellas correspondientes al delito de daño en propiedad ajena, ante la Fiscalía General del Estado. Los vecinos ante la actitud beligerante del ayuntamiento, han manifestado que no cederán. En mérito de ello y para ablandarlos, el ayuntamiento ha recurrido a sus personeros y a la prensa vendida, tildando a los vecinos de vándalos, a través de diversas publicaciones, como para obligarlos a ceder ante la presión mediática y social. Resulta deplorable que las autoridades no cumplan sus compromisos. Es peor que el alcalde no honre su palabra, pero resulta completamente fuera de toda lógica que además decida reprimir al pueblo meridano, a ciudadanos que no hacen sino exigir sus derechos y pedir que se realice lo que se prometió. De mal en peor marcha la administración de Renán Barrera, a quien le auguramos un ominoso destino y un futuro de oprobio. Con este tipo de actitudes se está echando encima a la ciudadanía, que tarde o temprano se cobrará de algún modo, quizá en las urnas, las afrentas recibidas. Pero lo peor de todo es la absoluta impunidad con que se conduce y de la que hace gala Renán Barrera, misma que nos preguntamos cuando tendrá fin. Cuando la ciudadanía se organizará para resistir al mal gobierno y exigir a las instancias correspondientes que cumplan con su deber de llamar a cuentas y sancionar al primer edil y cuando la oposición se pondrá las pilas para exigir el desafuero y juicio de procedencia correspondiente, que por menos se encarceló al Cheché Ceballos. Lo interesante es que Renán Barrera enseñó el cobre y mostró el lado autoritario de su gobierno, al que ha revelado como completamente opuesto a los intereses de la ciudadanía, por ser soberbio y represivo. Indudablemente aun queda mucho por ver y escribir al respecto. Esta historia apenas empieza...

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