Debo Estar Envejeciendo
No me hallo en este mundo,
donde hoy
las cosas son,
de modo opuesto
a como me enseñaron debían serlo.
Veamos,
por ejemplo:
el amor no se atreve a decir su nombre,
cuando debiera gritarlo
a voz en cuello,
a las madres les enseñan
como evitar a los bebés,
en vez de instarlas a tenerlos,
se miente y se traiciona
en política y comercio,
el honor ha sido enviado
al desván con los trebejos,
la gente se tatúa
y cubre de aretes todo el cuerpo,
cuando esto solo eran prácticas
propias de putas y de presos,
se elogia la impudicia,
el recato se mira con desprecio;
y por tanto,
los amores duran lo mismo
que tarda en contarse un cuento,
la gente niega a Dios,
parece que busca el infierno,
hasta en los circos
la presencia de animales,
se ha vuelto un sacrilegio,
el mundo canta a la vida,
pero prodiga muerte sin saberlo:
anhela drogas,
rechaza medicamentos,
condena el bien,
bendice el mal ejemplo;
no cabe duda,
estoy fuera de tiempo,
en definitiva,
debo estar envejeciendo...
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