Reflexionando
Debe ser muy triste
que alguien diga:
de niño no tuve caricias,
ni tiernas palabras;
de aquellas que al pronunciarse,
mas que el cuerpo,
acarician el alma...
Debe ser muy triste
que alguien diga:
para poder tener hijos,
hube de abandonar
la persona y la casa,
a quienes un día
prometí respetar
ante la fe de Dios
y su mirada...
Debe ser muy triste
que alguien diga:
trabajo de la noche
hasta el alba,
esforzándome sin tasa,
para ver que cuando
llego al final
de la jornada,
no me espera otra cosa,
que un gran vacío
en mi cama...
Debe ser muy triste
que alguien diga:
vivo en libertad
y soy feliz;
y no le temo a morir
en soledad;
sin que veamos
en su rostro,
una lágrima,
amenazando rodar
por su cara...
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