Reflexionando

Debe ser muy triste que alguien diga: de niño no tuve caricias, ni tiernas palabras; de aquellas que al pronunciarse, mas que el cuerpo, acarician el alma... Debe ser muy triste que alguien diga: para poder tener hijos, hube de abandonar la persona y la casa, a quienes un día prometí respetar ante la fe de Dios y su mirada... Debe ser muy triste que alguien diga: trabajo de la noche hasta el alba, esforzándome sin tasa, para ver que cuando llego al final de la jornada, no me espera otra cosa, que un gran vacío en mi cama... Debe ser muy triste que alguien diga: vivo en libertad y soy feliz; y no le temo a morir en soledad; sin que veamos en su rostro, una lágrima, amenazando rodar por su cara...

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