Cinco Años
Rompamos el ayuno de tu cuerpo,
hagamos el amor a fuego lento,
dejemos que se fundan
nuestras pieles en silencio,
que sea la pasión un juego,
capaz de ser jugado a oscuras
y en secreto.
Rompamos el ayuno de tu cuerpo,
hagamos provechosos
los insomnios y desvelos,
que el sexo sea un rito
que revele sus misterios;
haz de tu tálamo santuario del placer,
donde confluyan canciones y sonetos.
Rompamos el ayuno de tu cuerpo,
derrama la seda de las sombras por tus senos;
logremos imprimir a nuestras lenguas,
un acento sensual de luna y placer nuevos;
permite que entre tus piernas pulverice el tiempo
y logremos recluir en un suspiro,
la dicha impronunciable de los sueños,
surgida del circuito interminable de los besos.
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