Tivoli

A veces, el amor puede ser como una película cómica, tan divertida, que nos la pasemos muriendo de risa y cada cierto tiempo, tomemos la copa. También puede ser la más linda historia; incluyendo dragón, corcel, caballero y final color rosa. Igual puede resultar la cinta más aterradora, abundando monstruos, demonios, vampiros y demás engendros, hijos de las sombras. Otras veces, en cambio, en amor importa, interpretar el papel de protagonista, en el reparto que la vida nos otorga: ya sea de villano o heroína, de galán de acción o perfecto idiota. Aunque la verdad, en lo personal, prefiero una intervención que sea pero mucho más cómoda, donde abunden besos sin complicaciones, bailemos y como colofón, nos quitemos la ropa...

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