Tivoli
A veces,
el amor puede ser
como una película cómica,
tan divertida,
que nos la pasemos
muriendo de risa
y cada cierto tiempo,
tomemos la copa.
También puede ser
la más linda historia;
incluyendo dragón,
corcel, caballero
y final color rosa.
Igual puede resultar
la cinta más aterradora,
abundando monstruos,
demonios, vampiros
y demás engendros,
hijos de las sombras.
Otras veces, en cambio,
en amor importa,
interpretar el papel de protagonista,
en el reparto que la vida nos otorga:
ya sea de villano
o heroína,
de galán de acción
o perfecto idiota.
Aunque la verdad,
en lo personal,
prefiero una intervención
que sea pero mucho más cómoda,
donde abunden besos
sin complicaciones, bailemos
y como colofón,
nos quitemos la ropa...
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