SIC TRANSIT GLORIA MUNDI

Estamos a unas cuantas horas de que acabe la administración de Rolando Zapata Bello, considerado por muchos el mejor gobernador del país (o al menos uno de los tres mejores).
Ahora, faltando prácticamente instantes para que acabe el encargo que le confió el pueblo yucateco, diría que no faltan, sino que sobran voces empeñadas en denostar la labor del primer mandatario estatal.

Tal parece que hay algunos interesados en hacer sentir que todo estuvo mal, que vivimos bajo un régimen corrupto y dado a la simulación, empeñado en el saqueo de nuestra entidad.
Y no es que pensemos que el desempeño del gobierno que encabezó Rolando Zapata Bello haya sido perfecto e impecable, sabemos que hubo fallas, errores e incluso algunos excesos,
pero también sabemos que se trabajó con pasión y empeño, tratando de dar siempre el mejor de los esfuerzos.
Los resultados confirman que Rolando trabajó bien: ahí están las cifras en materia de seguridad, empleo, turismo, industria, legislación, respeto a las libertades y derechos; y en general, en la mayor parte de los rubros de la administración estatal.
Yo creo que si algún defecto tuvo Rolando como gobernador, fue su paciencia y su confianza en algunos integrantes de su equipo, que no solo no supieron responder al crédito afectuoso que el ejecutivo les brindó, sino que hasta lo traicionaron. Pero esa es otra historia.
Más allá de las estridencias de los malquerientes y de las aclamaciones de los incondicionales, podemos concluir que el balance final de la gestión de Rolando Zapata Bello, es no solo positivo y satisfactorio, sino sobresaliente, con un gobernador que se entregó hasta el último instante, a la labor de servir a su pueblo.
Rolando Zapata Bello puede irse de la gubernatura con la frente en alto, orgulloso del esfuerzo impostado en la compleja tarea de conducir la nave estatal, para asumir, según se dice, con legítimo orgullo la secretaría general de su partido, organismo que requiere de una reestructuración a fondo, donde el oficio político de Zapata Bello será primordial.
Para los que dicen que se fue entregando la gubernatura, hay que responder que seria ideal haberla retenido, pero también hay que admitir que Rolando no fue el candidato y analizar si su decisión fue la mejor, porque todo mundo, incluso los que mandan, se equivocan y en estos aspectos, todas las determinaciones están concatenadas y fallar en una, implica equivocarse finalmente en todas.
En cuanto a las embestidas postreras propinadas por sus malquerientes, no son nada para extrañarse, al ver al león debilitado, los chacales lo rodean aullando, pero sin atreverse a atacar...
Quede para consumo personal de Rolando, la frase inmortal de César, el Tlacuache Garizurieta, uno de los más grandes conocedores de los vericuetos del sistema político mexicano, que sostiene que "en política los amigos son de mentiras, pero los enemigos son de verdad". Nos preguntamos cuantas de las personas que antes lo aclamaban y acaso de las que resultaron favorecidas en su administración, ahora tratarán de írsele a la yugular. Es preciso recordar que en el sector público se acaba con los mismos con los que se inicia; y a veces hasta con menos.

Debiera recordar Rolando Zapata, la frase que resume el análisis reflexivo de las pompas y fastos mundanos y la humana condición, expresada por Ava Gardner: "Que mentirosos eran, los que en mis épocas de gloria, decían que era inmortal...".
Expresamos anteriormente a Rolando que al concluir su gobierno, sabría quienes son sus amigos. Nosotros lo somos, Nuestro reconocimiento señor gobernador, Misión cumplida.

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