Fin de Fiesta

En un par de meses concluirá la alcaldía de Renán Barrera, la peor de todos los tiempos emanada de las filas del partido de Acción Nacional y comenzará su administración Mauricio Vila Dosal, que iniciará su mandato de manera muy comprometida en lo concerniente al aspecto económico, pues además de los recortes presupuestales consecuencia de la crisis económica, mucho tendrá que reclamar en este aspecto a la soberbia e irresponsabilidad de su antecesor, al que le importó un soberano cacahuate que la administración a la que entregara la estafeta, fuera a verse en aprietos. Queda por ver que sucede a partir de la toma de posesión de Vila: si comprueba que es un pelele y deja a Renán y Jorge Barrera hacer y deshacer entregando nombramientos en su gabinete o se faja los pantalones y demuestra quien es el que manda, nombrando a funcionarios que no estén ligados con sus patrocinadores. A estas alturas del partido Vila ya debe de tener suficiente información de los atropellos y desmanes de la administración en funciones y debiera aprovechar el proceso de entrega-recepción para iniciar una serie de auditorías que pongan las cosas en su sitio, exigiendo responsabilidades a malos funcionarios. Se antoja complicado, por emanar del mismo partido y ser hijo político del alcalde en funciones, pero habrá que esperar para ver que sucede. Habrá que ver si Vila continúa ligado a los mismos grupos y personas que secuestraron al ayuntamiento, o entiende que hay gente impresentable con la que no debe dejarse ver y modifica. Así a muchos se les acabaría la beca que hasta la fecha disfrutan. En cuanto a Renán, es curioso, pero parece no darse cuenta del repudio de los panistas hacia su persona, pues después de ser rechazado en dos ocasiones para ocupar una curul plurinominal, debía quedarle claro. Empero, sigue obstinado en ir en pos del espejismo de la candidatura a gobernador y por ello, ha hecho circo, maroma y teatro para modificar la fecha del proceso interno en el blanquiazul, pero sus esfuerzos fueron infructuosos. Lo anterior significa que quizá Ricardo Anaya le ha hecho más caso a Madero del que Renán esperaba y que alguien ha superado la influencia de Jorge Manzanera. A pesar de ello, Renán esta decidido a influir en los dirigentes estatales del blanquiazul para tratar de ganar la elección a golpes de billete, dinero que desde luego planea provenga de las arcas municipales. Falta ver si Mauricio Vila lo permite. Si Renán Barrera no logra sus propósitos de dirigir el PAN yucateco, sus aspiraciones por la gubernatura están prácticamente acabadas, porque sus allegados no se caracterizan precisamente por su simpatía. En fin, la fiesta de la administración de Renán Barrera toca a su fin y habrá que ver, si como en las fiestas de vecindad no hay algun pleito y algún lastimado como consecuencia de la borrachera de poder

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