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Mostrando entradas de marzo, 2014

Debo Estar Envejeciendo

No me hallo en este mundo, donde hoy las cosas son, de modo opuesto a como me enseñaron debían serlo. Veamos, por ejemplo: el amor no se atreve a decir su nombre, cuando debiera gritarlo a voz en cuello, a las madres les enseñan como evitar a los bebés, en vez de instarlas a tenerlos, se miente y se traiciona en política y comercio, el honor ha sido enviado al desván con los trebejos, la gente se tatúa y cubre de aretes todo el cuerpo, cuando esto solo eran prácticas propias de putas y de presos, se elogia la impudicia, el recato se mira con desprecio; y por tanto, los amores duran lo mismo que tarda en contarse un cuento, la gente niega a Dios, parece que busca el infierno, hasta en los circos la presencia de animales, se ha vuelto un sacrilegio, el mundo canta a la vida, pero prodiga muerte sin saberlo: anhela drogas, rechaza medicamentos, condena el bien, bendice el mal ejemplo; no cabe duda, estoy fuera de tiempo, en definitiva, debo estar envejeciendo...

Dios es Bueno

Los brazos de mi hijo enredados en mi cuello, los rayos del sol vagando al descuido por mi librero, hallar un final feliz escondido justo al fondo de un montón de cuentos, trazar en una boca la perspectiva, tibia y cálida, de un beso, sentirse jubiloso sin motivo y no conceder ninguna relevancia a no saberlo; todo eso me recuerda que Dios es bueno...

Imperativo Demandar

Renán Barrera es boquiflojo. No piensa, no cuida lo que dice y la ligereza de su lengua lo ha metido antaño en complicaciones. Más que eso, ha sido vencido en juicio y condenado a indemnizar inocentes que ha afectado por daño moral al hacer declaraciones sin sustento. Es curioso, Renán acusó a la administración que lo antecedió y a su titular de corruptos, en sus eventos proselitistas lo afirmó hasta el cansancio y ofreció que investigaría y haría todo porque la responsabilidad se acreditara y quien debiera hacerlo, pagara su culpa. Sin embargo, en la práctica, poco hizo para éste efecto. Se negó incluso a alimentar la censura social, dando a conocer de manera extraoficial cuáles eran las áreas y quienes los funcionarios presuntamente en situaciones de irregularidad. El motivo presumiblemente fue cuidar las formas y muchos pensaron que el novel alcalde ya había aprendido la lección. Pero no fue así. Recientemente y con motivo de la negativa de la oposición a aprobar sus propuestas para

A Rendir Cuentas

Ha concluido el carnaval y con ello la polémica del cambio de sede. Para algunas personas, fue favorable, para otras no y muchas más opinamos que lo más sano hubiera sido realizar una consulta abierta a la ciudadanía para que libremente expresara su parecer. En lo personal, el carnaval me importa un bledo. Hace mucho tiempo dejé de asistir al convertirse en el paraiso de la vulgaridad. En el reino del consumo desenfrenado de cerveza y en una gigantesca vitrina donde eran visibles todas nuestras miserias. Lo anterior, descartaba por completo su esencia de festividad popular, tendiente a propiciar la convivencia familiar. De tal suerte, habemos a quienes nos da exactamente lo mismo que el carnaval se verifique en Montejo, en Timbuctú o en la Conchinchina, porque de todos modos, no acudiríamos, habida cuenta de no ser de nuestro agrado las grandes concentraciones humanas. Lo que si nos interesa a quienes no participamos en las carnestolendas, es el destino de los fondos previstos para est