Elección de Vida o Muerte
Esta elección es fundamental y va mucho más alla de decidir que partido gobernará México o que persona lo hará.
En esta elección hay mucho más en juego: se definirá nuestro destino como nación; si queremos seguir la ruta de la modernidad y el progreso o queremos dar marcha atrás y retrasar el reloj de la historia.
Preocupa en alto grado que haya quienes opten por el corporativismo, la visión centralista y autoritaria, quienes crean que el paternalismo y la postura asistencialista son la solución, en detrimento de la productividad, la capacitación y el avance.
Preocupa que haya quienes elijan la censura, la manera unilateral y cerrada, el aislacionismo y favorecer el ateismo y la cultura de la muerte, como presuntas soluciones a nuestros problemas como país.
Pero preocupa mucho más aún, que pretenda romperse el equilibrio ideológico existente hasta hoy, en el espectro partidista; toda vez que el triunfo de la izquierda, implica un verdadero cataclismo político, pues trae implícita la desaparición del PRI del panorama nacional.
Y aquí es menester apuntar, que el tricolor con todo lo bueno o lo malo que pueda adjudicársele, ha sido hasta ahora, el factor de equilibrio entre los excesos y fanatismos, tanto de la derecha insensible, como de la izquierda retrógrada.
De ganar esta elección la alternativa izquierdista, el PRI esta condenado irremisiblemente a desaparecer.
Recordemos lo acontecido con el tricolor en la ciudad de México, cuando un partido conformado por ex priistas accedió al poder: se comió lo que eran las bases de apoyo tricolores y absorbió prácticamente la totalidad de su militancia.
Por eso, hasta el día de hoy, el PRI prácticamente es un recuerdo en la capital y a ello se deben infinidad de los males que aquejan al gigantesco tzompantli en que se ha convertido la otrora Tenochtitlán.
La eventual victoria de un grupo sin coherencia moral ni ideológica, guiado solamente por el afán de revancha y por el ansia de satisfacción de codicias individuales, pone en riesgo, no solamente el destino y el rumbo de nuestro país, sino la continuidad del Partido Revolucionario Institucional, lo que no sucedió antes, ni con la alternancia en la presidencia, debido a que los métodos de proselitismo y la clientela electoral del panismo, son otros.
El PRI debe por tanto, pelear con uñas y dientes esta elección, no solo en lo que concierne al ámbito presidencial, sino en lo referente a gubernaturas, alcaldías, diputaciones y senadurías, porque le va en ello la vida.
Entregar la presidencia de la república, implica necesariamente sepultar al partido en todos los ámbitos, quedando las estructuras estatales y municipales sin su principal punto de apoyo.
Es preciso entender que en una elección de esta naturaleza, donde la izquierda representa una monstruosa amenaza al futuro de nuestro país, de nuestras libertades y de nuestro sistema político electoral, aún naciente y sin solidez estructural, que permitan garantizar el marco legal de libertades y derechos sociales, solo el PRI es capaz de salvar a México. Solo el PRI posee las estrategias y capacidad operativa para sacar adelante una batalla tan competida. Esperemos se entienda y se esté en disposición de implementar todo aquello que se requiera, para salvaguardar el bienestar de la patria.
Ojalá lo entienda el presidente Peña y no caiga en la tentación de ceder al cansancio y de rendirse al espejismo y las amenazas, de un tigre de papel.
Ojalá lo entiendan René Juárez y Pepe Meade y sepan disputar palmo a palmo, centímetro a centímetro cada una de las posiciones en juego.
Es ahora o nunca. El PRI se juega en estas elecciones su continuidad y su existencia; ojalá militantes y dirigencia lo entiendan y pongan en juego lo mejor de sus capacidades para salvar a México del riesgo que corre.
¡Vamos con todo, por el PRI y por México!, ¡Vamos con todo por Pepe Meade para seguir siendo libres!!!
En esta elección hay mucho más en juego: se definirá nuestro destino como nación; si queremos seguir la ruta de la modernidad y el progreso o queremos dar marcha atrás y retrasar el reloj de la historia.
Preocupa en alto grado que haya quienes opten por el corporativismo, la visión centralista y autoritaria, quienes crean que el paternalismo y la postura asistencialista son la solución, en detrimento de la productividad, la capacitación y el avance.
Preocupa que haya quienes elijan la censura, la manera unilateral y cerrada, el aislacionismo y favorecer el ateismo y la cultura de la muerte, como presuntas soluciones a nuestros problemas como país.
Pero preocupa mucho más aún, que pretenda romperse el equilibrio ideológico existente hasta hoy, en el espectro partidista; toda vez que el triunfo de la izquierda, implica un verdadero cataclismo político, pues trae implícita la desaparición del PRI del panorama nacional.
Y aquí es menester apuntar, que el tricolor con todo lo bueno o lo malo que pueda adjudicársele, ha sido hasta ahora, el factor de equilibrio entre los excesos y fanatismos, tanto de la derecha insensible, como de la izquierda retrógrada.
De ganar esta elección la alternativa izquierdista, el PRI esta condenado irremisiblemente a desaparecer.
Recordemos lo acontecido con el tricolor en la ciudad de México, cuando un partido conformado por ex priistas accedió al poder: se comió lo que eran las bases de apoyo tricolores y absorbió prácticamente la totalidad de su militancia.
Por eso, hasta el día de hoy, el PRI prácticamente es un recuerdo en la capital y a ello se deben infinidad de los males que aquejan al gigantesco tzompantli en que se ha convertido la otrora Tenochtitlán.
La eventual victoria de un grupo sin coherencia moral ni ideológica, guiado solamente por el afán de revancha y por el ansia de satisfacción de codicias individuales, pone en riesgo, no solamente el destino y el rumbo de nuestro país, sino la continuidad del Partido Revolucionario Institucional, lo que no sucedió antes, ni con la alternancia en la presidencia, debido a que los métodos de proselitismo y la clientela electoral del panismo, son otros.
El PRI debe por tanto, pelear con uñas y dientes esta elección, no solo en lo que concierne al ámbito presidencial, sino en lo referente a gubernaturas, alcaldías, diputaciones y senadurías, porque le va en ello la vida.
Entregar la presidencia de la república, implica necesariamente sepultar al partido en todos los ámbitos, quedando las estructuras estatales y municipales sin su principal punto de apoyo.
Es preciso entender que en una elección de esta naturaleza, donde la izquierda representa una monstruosa amenaza al futuro de nuestro país, de nuestras libertades y de nuestro sistema político electoral, aún naciente y sin solidez estructural, que permitan garantizar el marco legal de libertades y derechos sociales, solo el PRI es capaz de salvar a México. Solo el PRI posee las estrategias y capacidad operativa para sacar adelante una batalla tan competida. Esperemos se entienda y se esté en disposición de implementar todo aquello que se requiera, para salvaguardar el bienestar de la patria.
Ojalá lo entienda el presidente Peña y no caiga en la tentación de ceder al cansancio y de rendirse al espejismo y las amenazas, de un tigre de papel.
Ojalá lo entiendan René Juárez y Pepe Meade y sepan disputar palmo a palmo, centímetro a centímetro cada una de las posiciones en juego.
Es ahora o nunca. El PRI se juega en estas elecciones su continuidad y su existencia; ojalá militantes y dirigencia lo entiendan y pongan en juego lo mejor de sus capacidades para salvar a México del riesgo que corre.
¡Vamos con todo, por el PRI y por México!, ¡Vamos con todo por Pepe Meade para seguir siendo libres!!!
Yo estoy con Meade y punto.
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