ATRAGANTADO

Tengo un te quiero
atorado entre el corazón
y la garganta;
brilla como lucero,
dobla como tambor
y canta...
Tengo un te quiero
de dulce voz,
que a fuerza de quererlo
retener, se escapa;
calienta como sol
e inventa experto,
pretextos y tonadas.
Tengo un te quiero
o tal vez dos,
que marchan prisioneros
en el alma;
celebran en silencio
el rito del amor
y hacen del beso,
liturgia y comunión
que absuelve y salva.
Tengo un te quiero
atorado entre el corazón
y la garganta,
como navío que ve el puerto
temblando de emoción,
muriéndose de miedo
entre la idea del naufragio,
o la esperanza probable
de la playa...

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