PANORAMA EMERITENSE

Estoy lleno de tí y tu imagen llama mi atención todo el tiempo, estoy lleno de tí y tu nombre inunda mi corazón y lo deja repleto. Estoy lleno de tí y tu aroma se impregna en mi piel y detona mi cuerpo, estoy lleno de tí, de tus ojos, tu sonrisa y también de tus besos, estoy lleno de tí y tu rostro amanece en silencio, estoy lleno de tí y no importa si eres tú que estás cerca o soy yo, que estoy lejos. Estoy lleno de tí, y en la noche, la luna se pierde en tu pelo, estoy lleno de tí y por eso te escribo, una veces cuentos y otras tantas, sonetos. Estoy lleno de tí y mi pluma dispara veloz y constante, ráfagas precisas de amor y recuerdos. Estoy lleno de tí, pues contigo platico, elucubro y navego al destino final de tus piernas, donde por sorpresa, me escondo y me pierdo. Estoy lleno de tí y mi alma se incendia con tu voz y su fuego, estoy lleno de tí y cada vez que en mi cuarto te imagino y te pienso, el futuro viste de esperanza y te dice despacio te quiero...

A veces, el amor puede ser como una película cómica, tan divertida, que nos la pasemos muriendo de risa y cada cierto tiempo, tomemos la copa. También puede ser la más linda historia; incluyendo dragón, corcel, caballero y final color rosa. Igual puede resultar la cinta más aterradora, abundando monstruos, demonios, vampiros y demás engendros, hijos de las sombras. Otras veces, en cambio, en amor importa, interpretar el papel de protagonista, en el reparto que la vida nos otorga: ya sea de villano o heroína, de galán de acción o perfecto idiota. Aunque la verdad, en lo personal, prefiero una intervención que sea pero mucho más cómoda, donde abunden besos sin complicaciones, bailemos y como colofón, nos quitemos la ropa...

Amo una dama solitaria, que ilumina mi vida, con su risa que fascina, con la clara sonoridad del agua. Amo una dama solitaria, que realmente es algo extraña, pues combina la sensualidad de una sirena, con la ingrávida silueta de las hadas. Amo una dama solitaria, que acapara cada noche mis miradas, en la perfecta proporción de su cuerpo elástico, de hondura tal, que pierdo toda noción de las distancias. Amo una dama solitaria, que mezcla poesía y magia y es origen infinito del insomnio, que en mérito de lo oscuro de sus ojos, conjuga la emoción y canta. Amo una dama solitaria, que apresa la pasión en el paréntesis que abren sus labios escarlata y con sus besos, prodiga fuego y añade a los sueños, un tórrido candor de serenata. Amo una dama solitaria, que alegre como cascabel, palpita y se desborda cuando baila y hace crepitar mi corazón, cuando se acerca el eco del roce de su falda. Amo una dama solitaria, poseedora de la milenaria seducción de oriente y la proverbial vivacidad de nue...

Solo en sueños, de la mano taciturna de la noche, nos perdemos. Solo en sueños, construimos el futuro sin que nada nos angustie, beso a beso. Solo en sueños, las miradas se confunden y se encuentran en dos tiempos. Solo en sueños, el amor se hace y se deshace, sin saberlo. Solo en sueños, se apagan las distancias y la ausencia es inocente como un juego. Solo en sueños, las palabras son capaces de incendiarse, a la vera de tus ojos y su fuego. Solo en sueños, se libran las batallas más dulces,salvajes e inspiradas, cuerpo a cuerpo...

Tus besos estallan en mi boca, con la certera precisión de una granada; explotan y destruyen todo: malos recuerdos, tristezas, ausencias y nostalgias. Tus besos estallan en mi boca; y todas sus esquirlas se expanden por mi cara, se agrieta el corazón que implota y queda dulce olor a pólvora en plena madrugada. Tus besos estallan en mi boca y mi lecho se ilumina, con jubiloso resplandor de mil bengalas; amo la pirotecnia de tus besos, porque precede las alertas de la piel, que llegan a incendiar el alma

Tengo un amor madrugador, que de mañana, repentino, marca en mi piel, los ritos del placer y sus prodigios. Tengo un amor madrugador, que cada día, con sigilo, brinda a mi alma oscuras serenatas; y traza en mi boca, ardientes trinos. Tengo un amor madrugador, que pinta sueños infinitos con los más dulces lenguajes, que silenciosos compartimos. Tengo un amor madrugador, que es tuyo y mío; y que por eso sabe los sitios que debe visitar: los pies, el cuello, los oídos. Tengo un amor madrugador, que no comulga con ruedas de molino y cada noche, baila para mí, secretos ritmos e ilumina el firmamento de mi lecho, con sus juegos de artificio, lo que no solo llena de luz las sombras, sino también mi corazón de niño...

Es cosa de atreverse y nunca tener miedo, el tema es abandonar el egoísmo, borrarlo por completo; nos llena de inquietud y de desasosiego, y sin embargo, hay que intentarlo, a riesgo de perderlo. En este asunto, debemos entender que el corazón es ciego, más nunca se equivoca y encuentra siempre su sendero; te invito pues, a la aventura, a navegar sin rumbo cierto, pues el amor nos puede transportar a cualquier lado: al mismo cielo, o al infierno; y lo que importa, es no ser indiferente a su llamado, que puede suceder en todo caso o momento, toma mi mano y caminemos, tratemos, otra vez, de amar de nuevo...

Por una noche entre tus brazos, yo, le quitaría tiempo al tiempo, guardando las manecillas del reloj; inventaría, al desvestirte, una canción, que recorriera, beso a beso, los vericuetos del amor. Por una noche entre tus brazos, yo, extendería por tu cama, largas sábanas de sombras, capaces de dormir al mismo sol y que pudieran convencerte de no desperezarte; y continuar la práctica sublime, de los rituales que nos complacen a los dos. Por una noche entre tus brazos, yo, te llevaría serenatas de violines y caricias, que se pudieran conjugar en una voz; y que dijeran que te amo, con cada palpitar del corazón. Por una noche entre tus brazos, yo, le arrancaría secretos a tu alcoba, intentaría la alquimia de tu boca, ardiendo entre las pieles, la pasión. Por una noche entre tus brazos, yo, conspiraría para que todo se pusiera a mi favor, haría lo que fuera necesario para lograr que triunfe mi complot...

Entre besos y poemas, se hizo de noche y se encendieron las estrellas. Entre besos y poemas, las horas lloviznaron y el reloj se detuvo con pereza. Entre besos y poemas, las manos inventaron un lenguaje descubriendo rutas nuevas, los ojos transmitieron ciertas claves y signos de impaciencia. Entre besos y poemas, inició el cónclave amoroso, dejando al sueño, cansado tras la puerta; la luna se escondió sobre las nubes, teñida de rubor, para mirar discreta; La cama se incendió y el fuego de las sombras, jugaba rondas y alimentaba la candela. Entre besos y poemas, la noche transcurrió y se extravió entre tus piernas...

A Lin May   Suprema soberana de las pistas,  perpetua emperatriz del cabaret;  tus ojos estremecen y fulminan,  de tersa porcelana es tu piel.  Tu boca es rojo fuego de la China,  dragones prestan alas a tus pies;  tus piernas son ingenuas o malignas,  si rinden culto al sueño o al placer.    Tu cuerpo es un circuito que electriza  y anhelo alguna noche recorrer,  nadando entre las olas de tu risa,    ahogándome tus besos y su miel;  tu nombre es el pregón que inmortaliza,  el mito de tu fábula, Lin May. Jacobo Niebla