Genio y Figura
Hay quienes, de nacimiento enseñan una marcada propensión al hurto y hacen una proeza de ser ladrón: de niños, nos roban sonrisas, de jóvenes, se roban besos; enamorados, roban suspiros; y ya al extremo, el corazón. Se roban el sueño, los pensamientos; y hasta el tiempo, lo que denota su vocación. Pero es un hecho que a Dimas, nadie le birla el primer sitio, pues constituye un gran honor, que en un rapto de inspiración, inusualmente sublime; le robó el paraiso al propio Dios...