Moderno Pigmalion

Lo mismo que el cincel
va esculpiendo en el mármol,
la tinta de la pluma
inunda la hoja en blanco.
Tal cual el escultor,
va la estatua a golpe vivo, conformando;
el poeta, con el correr de las letras,
Hace que surja el poema de las manos.
Y así,  como Pigmalion
quedó de su obra enamorado,
yo miro entre renglones
el horizonte de tus labios;
y esto es simple,
y para saberlo,
no es preciso adivinar,
ni tampoco ser un mago;
es solo darse cuenta
que compartimos decepciones
y tristezas;
y amargura acumulada
con el paso de los años.
De tal suerte,
dos extraños que están solos
bien pueden compartir sus almas,
si ambos creen en milagros...

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