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Mostrando entradas de abril, 2016

El Gallo de Acero

El gallo de acero, es el mote que hemos dado, mi hijo y yo, a uno de los más rebeldes rizos de su pelo, adversario declarado del agua y el shampoo; y hasta otros medios más extremos, como suelen ser: el spray, el gel, o casi cualquier otra sustancia, susceptible de ser usada en el cabello. Apenas se ha mojado y pronto ya está enhiesto; y entona contumaz, el grito silencioso, que lo vuelve relapso a toda clase de instrumento para alinear los bucles, es un desobediente de precepto, que casi siempre sale victorioso en todas las contiendas que emprendemos, con excepción de cuando se me agota la paciencia; y doy al peluquero, fatal la orden, que para algunos, suena a descabello: "corte casi al rape..." y entonces, es que el gallo, inclina vencido el pico, ¡Santo remedio!!!

La Felicidad

Que feliz he de ser, al disfrutar el dulce sabor de tus besos y experimentar los prodigios y la magia que es capaz de prodigar, el resplandor de tu cuerpo. Que feliz he de ser y que cierto, resulta saber que hemos de celebrar con pompa de jubileo haber sido capaces de encontrar el amor, a pesar de haber pasado tanto tiempo. Que feliz he de ser, por dejar de callar un secreto que llevaba cosido a la piel, como se guardan las joyas de altísimo precio. Que feliz he de ser y que cierto, que podré gritar tu nombre con toda la fuerza de mi pecho; y saber que el mundo es bueno, porque puedo encontrar tus ojos, sumados a la luz de tu recuerdo. Que feliz he de ser, por saber que podrás dormir en el hueco de mis brazos cuando has sido tú, la causante de que pierda el corazón y todo el sueño!!!